Cocina rico sin basura (entre otros chapuzones)

Tiburones costurllas

Hace una semana estaba llegando de Tenerife. Me invitaron desde la Feria Sostenible del FICMEC (Festival Internacional de Cine Medioambiental de Canarias) para dar una conferencia sobre qué es eso de la vida residuo cero y cómo podemos llevarlo a nuestras vidas.

Fue un viaje relámpago, intenso y muy esperado, en el que participé, además, en un taller de cocina residuo cero y en una feria ecológica. También hubo espacio para mi hermana, mis sobrinos amados, y nuevos y viejos amigos, además de un par de saltos al agua, buena dosis de sol, y largas conversaciones para arreglar el mundo.

La foto de arriba es de La Costurilla, por cierto. 🙂

Se te va la olla por la cocina sin basura

Antes de Costurilla, mi hermana Adri es una cocinillas de alto nivel (desde que era una pequeñaja se lanzaba a los fogones cada vez que podía).

Desde esa faceta, colabora con Se te va la olla en la organización de talleres fantásticos y, ya que iba a Tenerife, decidimos aprovechar para hacer juntas un taller de cocina residuo cero. Es decir, un taller en el que prácticamente no necesitáramos nada envasado y que, al mismo tiempo, ayude a evitar otros alimentos que habitualmente compramos envasados. ¡Y lo logramos!

Entre todas reparamos un menú sencillo y vegano, con recetas que escogimos con mucho cuidado:

  • Una hamburguesa vegetal, con quinoa y lentejas caviar previamente cocidas para aportar proteínas, un salteado de verduritas y especias para dar sabor, y batata, harina de garbanzos y avena en copos para dar consistencia y amalgamar. A ver si te animas a experimentar con esta fórmula por tu cuenta (puedes sustituir las legumbres por las que prefieras), porque puedes preparar unas cuantas y hasta congelarlas, y es una alternativa magnífica a la carne, y también a las hamburguesas precocidas vegetarianas y otros inventos que siempre vienen en plástico.
  • Un delicioso y precioso pan de pita de remolacha. Tienes suerte, ¡la receta está en el enlace! Nada como hacer un pan sencillo y relativamente rápido en casa para ganar en calidad, sabor y, además, evitar residuos.
  • Un par de patés vegetales, para ayudarnos a sustituir los quesos y embutidos. Ya no sólo por los residuos que normalmente traen consigo, sino por muchas otras razones que nos deberían animar a veganizar nuestra vida. Concretamente preparamos un Muhammara, que es una crema de pimientos asados con nueces y un hummus con coco y curry. ¡Se me hace agua la boca!
  • De postre, una mousse de chocolate y aguacate, que esta ecocosmopolita descubrió gracias a una buena amiga y es una maravilla. Sin azúcares añadidos y sin lácteos.

Creo que sólo mencionar el menú ya da una idea de por dónde va el mensaje: aprender a preparar cosas sencillas en casa, utilizando casi exclusivamente ingredientes básicos de la despensa, naturales o poco procesados, puede tener un enorme impacto en la basura de casa  y, en general, en nuestra huella ambiental.

Imaginémonos la otra cara de la moneda:

  • Hamburguesas de carne compradas en el súper, que vienen en bandeja de porexpan con no sé cuántas capas de film, nada de esto reciclable. Por no hablar del origen de esa carne y su huella ambiental.
  • Pan tal vez comprado también en el súper, en bolsa plástica (seguramente no reciclable) y con conservantes y otros aditivos. Probablemente también con azúcar.
  • Salsas industriales, seguramente todas envasadas en plástico. Casi seguro que con conservantes, saborizantes, grasas trans y azúcar a montón.
  • Cualquier postre procesado industrial, seguramente en plástico, con mucha grasa y azúcar, entre otros aditivos.

Sí, estoy comparando con un escenario muy extremo, pero real para muchísimas familias, y creo que la comparación deja claro que un cambio de menú puede hacernos ganar por todos lados. Si puedes comprar los granos a granel, genial. Y si no, como nos sucedió para el taller, con un paquete de lentejas y quinoa puedes hacer un montón enorme de hamburguesas, además, por cuatro duros.

Así que después de cocinar, y mientras comíamos con un buen vino eco de la isla, charlamos un montón. Hablamos sobre la importancia de reducir los residuos en el hogar y cómo influye en ámbitos tan variados como el cambio climático y nuestra calidad de vida. Y también, sobre todo lo que podemos hacer para unirnos al movimiento residuo cero, que cada vez coge más auge,

Desde cosas tal simples como ir siempre bien provista de bolsas de tela, intentar comprar a granel todo lo que sea posible, o al menos escoger opciones con menos empaque y menos contaminante (papel mejor que plástico, por ejemplo), hasta usar la copa menstrual, limpiar la casa de forma más natural Cositas que repasamos a fondo en este popurrí de consejos para una vida zero waste y en mi libro, Residuo Cero. Comienza a restar desde casa.

Por cierto, nos acogió en Veinte 04 Surf Café, un bar-cafetería ubicado frente a la playa, en El Médano. Y lo recomiendo porque es un lugar acogedor, con comida sencilla y saludable, y Homar, que nos atendió de maravilla, estuvo todo el tiempo atento y receptivo a lo que hablamos. Le dejé un reto: cambiar las pajitas plásticas por pajitas de acero inoxidable, ya que él no ve como alternativa eliminarlas del todo en algunas bebidas. Dejando semillita.

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