Si me sigues por Instagram, ya sabes que me ha tocado cambiar de gafas nuevamente, y una vez más he apostado por la madera. De ellas te voy a hablar hoy y, te hago spoiler: al final hay un súper descuento y un súper sorteo, de la mano de Nardaya una preciosa marca de gafas de madera de autor e Iñaqui, su maestro carpintero, que hace maravillas desde su pequeño taller en Urnieta (Guipuzcoa).
Mi idilio con Nardaya no es nuevo
¿Te has visto en la situación de necesitar una montura nueva y no tener idea de dónde encontrar unas gafas sostenibles? A mí me ha pasado repetidas veces porque, lo confieso, soy un desastre con las gafas. Como solo las necesito para leer, las voy dejando por ahí y pasa lo que pasa. Seguramente no me duran tanto como deberían.
Y si conocer el origen y los materiales de la ropa que compramos es difícil, en el caso de las gafas es peor aún.
Por eso, ahora que me ha tocado cambiar de gafas nuevamente, aprovecho para presentarte mi selección: una marca de gafas de autor, artesanas, de madera y sostenibles, que prometo que haré todo lo posible porque me duren muchos años: Se trata de Nardaya, gafas de autor de madera.
En verano del 2018 estaba de vacaciones en San Sebastián, gracias a un intercambio de casas fantástico. Iba caminando feliz con la familia (¿quién no es feliz paseando frente a la playa de la Concha?) cuando tropezamos con una pequeña feria de la que solo recuerdo una pequeña parada de gafas de autor de madera. Fue un flechazo para toda la familia. El artista nos mostró y nos explicó hasta el último detalle de su trabajo. Lo presenté en mis historias de Instagram.
También le dediqué unas palabras en el blog después de visitar la feria Biocultura del año pasado. Sabía que mis próximas gafas saldrían del taller de Iñaki, no solo por el diseño, sino porque su artesano y motor, Iñaki, es un personaje bien especial, que habla de su trabajo con pasión y emoción contagiosa. Y yo soy débil frente a esos encantos.
La historia de Nardaya
Iñaki era aún un pequeñajo de menos de trece años. Solía “colarse” en la carpintería que estaba bajo su casa, porque tenían un cachorro de pastor alemán con el que le gustaba pasar el rato. Mientras él jugaba con el perro, que le mordía los bajos del pantalón y las mangas de los jerseys, el dueño continuaba trabajando. Y así como jugaba con el cachorro, también cogía clavos, maderas, herramientas…
Poco a poco el perrito e Iñaki fueron creciendo, y este último comenzó a interesarse más por ese viejo oficio que tenía lugar en el taller.
Tuvo la fortuna de que le dejaran hacer. Un día reparó un patinete, otro día hizo una jaula para un pájarito… En un abrir y cerrar de ojos, Iñaki estaba aprendiendo a usar las máquinas y chupando conocimientos del oficial carpintero. Se hizo su aprendiz.
De él aprendió el secreto que distingue un trabajo de carpintería excelente de uno regular: «lijar y pulir muy bien, con lijas muy finas y con mucho cariño, hasta que al deslizar el dedo sobre la madera, tengas la sensación de que “patinan las moscas”
Por eso las gafas de Nardaya tienen un acabado perfecto, que se desliza con suavidad sobre la piel y las orejas.
Pero las gafas llegarían después… Iba en su bici (Iñaki es amante de las bicis), cuando se le ocurrió la idea de cruzar su arte de carpintero, aprendido en el taller de bajo de su casa, el del diseño de modas, heredado de su madre. Nació la idea de hacer unas gafas de madera. Cómodas, elegantes, funcionales, pero también más sostenibles y nobles.
Las primeras fueron para él y tuvo que recorrer tres ópticas hasta dar con una que se atreviera a montarlas.
Desde entonces no ha parado de experimentar, aprender, dejar volar su creatividad y explorar nuevos límites.
Gafas de madera realmente sostenibles
Iñaki tiene muy claro. Él no busca muchas cifras de ventas, sino tratar cada producto que sale de su taller con máximo cuidado. Además, no quiere que sus gafas sean valoradas no solo por la bellaza, sino por todo lo que representan: un objeto único, que es el resultado de un proceso de producción sumamente limpio y sostenible, y que una vez acabe su vida útil, básicamente volverá a la tierra, de donde viene.
Porque ojo, no todas las gafas de madera son iguales, y eso se nota en la calidad del trabajo y en el precio. Que ahora hay muchas gafas de madera hechas en China, reduciendo costes a cualquier precio.
De hecho, Nardaya no se conforma con usar materiales biodegradables como la madera. Sabe que la sostenibilidad es mucho más y por eso cuida también el origen de los materiales que utiliza.
Bäsicamente, trabaja con 4 fuentes:
- Trueque: Iñaki hace intercambios con un maestro de carpintería «que no tira ni una astilla» y le guarda retales. Así, obtiene madera a cambio de unas gafas, un buen queso, vino, verduras, kiwis…
- Recogida propia: Mucho material lo recoge Iñaki directamente de residuos que abandonan las empresas forestales.
- Compra de retales: Hay almacenes que al cortar grandes pedidos guardan retales y los venden a peso.
- Tiendas especializadas: Me comenta que en Madrid y Barcelona consigue maderas especiales, no se cultivan en Europa. Por ejemplo ébano, palisandro o wengué…. «O alguna otra madera curiosa». Por lo que me explica, son tiendas muy controladas y siguen sistemas de protección de especies. Incluso, se ve que algunas maderas exóticas proceden de desastres naturales, como por ejemplo el tsunami de Indonesia. ¡Un tema para investigar en el futuro!
“Así hemos salvado de la quema muchos trozos de valiosas maderas”. Y también han ahorrado mucho plástico al planeta, pues la mayor parte de las gafas que se comercializan hoy, igual que tantas otras cosas, son de plástico.
Además, Iñaki hace sus gafas para que duren y cuando hace falta, también las repara. “Cuando creas algo con tus manos, sientes una gran satisfacción, pero esta es mayor cuando un cliente regresa con la gafa que te compró hace años, para que se la restaures. Es en ese momento cuando la gafa y yo más nos comunicamos. Es cuando me cuenta la vida que ha tenido, lo que ha tenido que trabajar, lo que ha viajado, lo poco que ha salido del estuche o lo bien que le han tratado o el maltrato que ha sufrido.”
En su web, además, nos cuenta de reparaciones que ha realizado de monturas convencionales e incluso clonaciones para clientes que querían aprovechar viejos cristales.
Mis gafas de madera nuevas
Mis queridas gafas Moler están bastante lastimadas por una serie de desafortunados acontecimientos. Confío en que puedan ser restauradas, pero no será cosa de un día.
Así que cuando mi optometrista me cambió la fórmula, me llegó la hora.
Le escribí a Iñaki, discutimos modelos y finalmente opté por una montura bastante clásica y parecida a la que llevaba hasta entonces, el modelo Brumotti.
Es uno de los modelos más accesibles del taller, gracias a que fusiona el trabajo artesanal del carpintero con nuevas tecnologías de diseño e impresión 3D. Pero el resultado es siempre una pieza de autor, muy exclusiva.
Todo comienza con una cuidadosa selección de las maderas, que posteriormente se humedecen y prensan bajo calor, respetando las fibras naturales y logrando una resistencia óptima. Luego, en la fase de marcaje y corte, interviene la tecnología, para volver a un trabajo artesanal y meticuloso que acaba con unas gafas perfectas.
Pero volvamos al inicio: Iñaki me propuso que llevara unas gafas más pequeñas que las actuales, que pensaba que irían mejor para mi rostro. Me pidió medidas de mi montura actual y unas cuantas fotos de frente y de perfil para ajustarlas al máximo
A los pocos días, me envió una caja con 5 gafas Brumotti, aun sin acabar, para escoger el color de la madera y medida.
Me quedé con unas Brumotti H de nogal español, de madera reciclada, que había ajustado para mí y me van tan bien que es difícil de creer que hayan sido encargadas a distancia. Se las devolví ansiosa por recibir la versión definitiva.
Pronto recibí una nueva caja de Vizcaya. A modo de relleno, tenía una hilera muy ordenada de kiwis. Más tarde me explicaría que eran del huerto de Pedro, el abuelo de su hijo. Un agricultor de toda la vida, de 84 años, y que Pedro colabora con la conservación de semillas de plantas autóctonas en un banco de semillas de San Sebastián. Y que ellos comen kiwis casi cada año y, claro, los comparten con los amigos.
Los cristales de mis gafas nuevas
Las lentes y el montaje los hicieron en ópticas Bassol. Las trataron con la delicadeza que merecían y el resultado fue intachable. Porque no en cualquier lado te montan bien unas gafas de madera, y lo sé por experiencia propia. Además es una tienda que apuesta por marcas locales y tiene cosas hermosas.
De hecho, Iñaki me contó que tiene un vínculo especial con esta óptica, porque la visitó hace unos años, en un momento en el que estaba a punto de abandonarlo todo. Venía de una de sus primeras ferias y no había vendido absolutamente nada. Un año malísimo, que lo había dejado sin dinero. “Mi último esfuerzo fue visitar esta óptica y otra en Andorra. Y sin conocerme de nada, me trataron como a un artista, me dedicaron mucho tiempo y me hicieron un pedido de gafas. Regresé a casa con las pilas de la ilusión cargadas. Si no hubiera pasado por allí no se qué rumbo hubiera cogido aquel mes de octubre.”
Bendita sea la óptica Bassol.
Mis nuevas Nardaya son, sin dudas, las gafas más cómodas que he tenido nunca. Normal, ¡son mis primeras gafas a medida!
Como anécdota, al comienzo, después de unas horas de uso, notaba que las patas me apretaban mucho en las sienes y hasta me producían dolor de cabeza. Se lo comenté a Iñaki y me dio la opción de enviárselas de vuelta para que las ajustara o hacerlo yo misma siguiendo las instrucciones que me mandaba por vídeo. Hicimos los ajustes en casa sin problemas y le ahorramos una dosis de Co2 a este planeta, que queremos que nos dure.
Una última reflexión.
Son tiempos duros, muy duros, para el mundo entero. Pero para algunos más que para otros. Sé de primera mano que los pequeños negocios estamos pasándolo mal, pero creo que las pequeñas marcas de moda sostenible lot ienen aún peor. Por eso, hoy más que nunca, y sobre todo ahora que se acercan la Navidad y los regalos, es tiempo de darles todo el apoyo que esté a nuestro alcance, y especialmente a aquellos que apuestan por la sostenibilidad.
Descuento + Sorteo
SORTEO CERRADO.
La ganadora es Raquel Muyo Rubio.
Me he reservado esta súper sorpresa para el final: ¡Nardaya ha creado un descuento especial de 25 euros exclusivo para la comunidad de La Ecocosmopolita! Puedes usarlo en cualquier producto de la colección Nardaya Sun hasta el 24 de diciembre. El cupón es 5PXNQ5SP9EK7.
Y por si fuera poco, también tenemos un sorteo que, no es por nada, pero es espectacular…
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Este post es parte de una colaboración con Nardaya, gafas de mandera hechas a mano, pero como creo que se nota de lejos, soy fan perdida y no podría ser más sincera.
Porque hay muchas cosas maravillosas
en este mundo
y a mí me encanta compartirlas
Cada 15 días escribo una carta en la que comparto 3 cosas buenas y bonitas, que creo que deberías conocer ya sea porque son buenas para la Tierra o porque son buenas para ti.
Recibe las cartas de la ecocosmopolitaQue un poco, es lo mismo porque somos una.
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