Si te interesa la ecología y sigues noticias relacionadas con sostenibilidad, es muy probable que estos días te hayas tropezado varias veces con las palabras fossil divestment. (desinversión en fósiles). ¿Pero a qué se refiere realmente?
Forma parte de una campaña global impulsada por el proyecto Fossil Free de 350.org que tiene como objetivo colaborar con la construcción de un mundo libre de combustibles fósiles o, lo que es lo mismo, libre de petróleo, gas y carbón. Para lograr ese objetivo llevan ya varios años impulsando campañas de desinversión locales: iniciativas de colectivos que deciden ejercer presión hasta lograr que instituciones de servicios públicos desinviertan de energías fósiles y coloquen sus fondos en iniciativas más sostenibles y coherentes con sus objetivos sociales. Y esto está relacionado con algo que aquí ya hemos mencionado muchas veces: todos nuestros actos, sobre todo aquellos relacionados con consumo de bienes o servicios, tienen un peso político y una responsabilidad social y medioambiental.
Algunas cifras sobre calentamiento global
Repasemos algunas cifras importantes: la comunidad científica ha llegado a la conclusión de que sobrepasar un aumento de temperatura de 2ºC (respecto a la época preindustrial) podría tener unas consecuencias realmente catastróficas. Las proyecciones indican que eso sería inevitable si sobrepasamos las 450 ppm (partes por millón) de concentración de CO2 en la atmósfera, y la concentración actual es de 400 ppm. La cantidad de combustibles fósiles que haría falta quemar para alcanzar esa concentración de 50 ppm de CO2 restante corresponde a la quinta parte de las reservas actualmente conocidas de petróleo, gas y carbono (no podemos contar las que la industria sigue buscando sin parar). Es decir, si alguna vez nuestra sociedad se preocupó por «el día en el que agotemos el petróleo» ahora nos enfrentamos a una realidad muy diferente: la necesidad de lograr la mayor parte de las reservas de energías fósiles no sean tocadas jamás.
Mientras tanto, la industria no para de buscar la forma de extraer más y más combustibles, no duda en amenazar ecosistemas delicados como el de Canarias y tira cada vez más de fracking en un afán, pareciera, de sacar el mayor provecho a la gallina de los huevos de oro antes de que la burbuja de carbono acabe de estallar.
Justicia climática
Hay que entender todo esto no desde un punto de vista ecologista sino desde el punto de vista social. El concepto de justicia climática que pone el acento en la manera en la que los problemas naturales producto del cambio climático (sequías, desertización, inundaciones, fenómenos atmosféricos extremos y más) afectan de forma más aguda precisamente a las poblaciones más vulnerables, que son las que tienen menos recursos para hacerles frente (para lograr la adaptación) y que, de por si, ya están en una situación más vulnerable que el resto. Según datos de ACNUR, se calcula para el año 2050 de 25 millones a mil millones de personas tendrán que desplazarse por consecuencias del cambio climático.
A la larga (o a la corta) tampoco será rentable
Hay algo claro. El cambio climático es un problema mundial, ineludible e innegable, que requiere acciones radicales y profundas. Por más que las Conferencias entre las partes de la ONU (las cumbre del clima) no arrojen los resultados que esperamos, está claro que cada vez hay una mayor consciencia de la urgencia de la situación. Barack Obama ha puesto el cambio climático en las portadas de los medios de comunicación una y otra vez en los últimos meses, y cada vez hay mayor presión ciudadana, porque cada vez más personas comienzan a entender que hace falta un cambio. Evidentemente la humanidad se está acercando peligrosamente al límite de seguridad, pero es de esperar que comience a retroceder muy pronto. Hay demasiadas evidencias científicas que empujan hacia la dirección contraria. Y entonces, aparece el concepto de los stranded assets (activos inmovilizados): es previsible que las políticas internacionales acabarán por bloquear la explotación de buena parte de las reservas y, quienes hayan invertido en ellas, verán inmovilizados sus activos. Por eso Greenpeace decía en estos días que invertir en energías fósiles hoy en día equivale a invertir en cintas de VHS. Vamos, que las «energías sucias» tienen que pasar a la historia y a nosotros nos toca presionar porque sea más temprano que tarde.
¿Y cómo presionamos?
Pues ya lo sabes. Desinvirtiendo. En Barcelona, desde el colectivo 350 BCN del que formo parte (¿Es que no te lo había dicho?), nos hemos unido a esta campaña global y la hemos adaptado a la realidad de España. Partimos de un primer objetivo, obvio pero complejo: la Fundación Bancaria La Caixa, que es el primer accionista de Repsol y de GasNaturalFenosa.
El colectivo de 350 BCN en la acción del Divestment DayEn primer lugar, hacemos un llamado a todos los ciudadanos a cuestionarse qué hace con su dinero su entidad y a buscar otras alternativas –cada vez hay más opciones de banca ética.
Por pedir que no quede: ojalá logremos que tantas personas se adhieran a nuestra campaña, que finalmente La Caixa acabe revisando sus relaciones con dos de los grandes de la energía fósil en España. Si te parece que retirar tu cuenta corriente no cambia las cosas, piensa en todas las campañas que hacen los bancos para que justamente cambies la domiciliación de tu nómina, e imagínate por un momento que todos fuéramos mañana a La Caixa a hacer el cambio. Por utópico que sea, hay algo claro: para que eso se haga realidad hacemos falta todos nosotros.
He escrito un post para la web 350 BCN en el que cuento en detalle la acción que abre la campaña de Barcelona, un flashmob en el que trabajó muchísimo un equipo que vale oro y poco a poco llega cada vez a más gente. ¿Y sabes por qué? Porque amamos lo que hacemos y nos lo pasamos en grande en cada una de nuestras actividades. Y aquí te dejo el vídeo del flashmob que hicimos en CaixaForum.
Bruno Sokolowicz, quien coordinó la People’s Climate March de Barcelona, de la que nació 350 BCN, nos invitó a su programa de radio en scannerfm.com para hablar de esta acción y de nuestro movimiento ciudadano por el clima. Y ahí estuvimos Daniele Viganó –que ya ha colaborado con otro post del blog-, Lourdes Berdié –química, mamá y también miembro de la Xarxa per la Sobirania Energètica-, Judit Alonso –miembro de la ONG Eco-Union y una de las más recientes colaboradoras de 350-, Laure Kervyn –realizadora audiovisual– y Margareth Goncalves -coordinadora de acciones de 350 BCN. Ha sido, como todo lo que hacemos los de 350 BCN, súper divertido y emocionante. Hemos vencido el miedo al micro y creo que hemos logrado transmitir ese espíritu que nos mueve, lleno de buen rollo y optimismo. Puedes escuchar la amena charla que tuvimos en escannerFM cuando quieras y, venga, ¡me cuentas qué te ha parecido! ¿Se me da bien la radio? 😉
350 BCN en ScannerFM hablando del Divestment Day de Barcelona-.-.-.-.-
Estoy concursando en el premio al mejor blog
de Medio Ambiente de 20 Blogs.
Si me ayudas a ganar, escribiré un post cada día
y dejaré de darte la lata con las acciones de 350 BCN.
¡Ok, es mentira, pero es que estoy en #CampañaElectoral!!! 🙂
Puedes votar directamente aquí
o leer las instrucciones en esta publicación.
Porque hay muchas cosas maravillosas
en este mundo
y a mí me encanta compartirlas
Cada 15 días escribo una carta en la que comparto un popurrí de cosas que creo que deberías conocer, porque son buenas para la Tierra o porque son buenas para ti.
Recibe las cartas de la ecocosmopolitaQue un poco, es lo mismo porque formamos parte de este planeta.
Porque hay muchas cosas maravillosas
en este mundo
y a mí me encanta compartirlas.
Cada 15 días escribo una carta en la que comparto 3 cosas buenas y bonitas, que creo que deberías conocer ya sea porque son buenas para la Tierra o porque son buenas para ti.
Que un poco, es lo mismo, porque somos una misma cosa.