No voy en bicicleta por un acto político. Lo hago para llegar más rápido y porque es más cómodo. Cuando llego a una ciudad, lo primero que busco es una bicicleta y si no tengo una, me siento atrapado.
Más o menos con estas palabras abrió Fredrik Gertten el estreno en España de su documental Bikes vs Cars, Bicicletas vs coches, en el festival Internacional DocsBarcelona en el año 2015.
Mi sobrina Vicky tenía unos cinco años, acababa de aprender a ir en bici sin rueditas y paseaba con su mamá por el paseo marítimo de Playa San Juan, Tenerife, cuando tuvo una gran certeza.
-Mami, ¿verdad que una en bici es más feliz?
Desde entonces, ése es el lema de los ciclistas de la familia, que por suerte somos varios. En un post del blog Reporte Índigo, el autor afirma que esa felicidad del ciclista se debe a que «las bicicletas nos remontan a nuestra infancia» y que, justamente por eso, las grandes ciudades podrían tener mejores ciudadanos si todos pudieran ir en bici a cualquier lugar.
De hecho, si circuláramos más personas en bici que en coches privados, acabaríamos con los atascos que con inquietante regularidad azotan a las grandes ciudades, se reduciría la contaminación, el cambio climático se desaceleraría y, además, mejoraría la salud de la población.
Pero resulta que en el mundo hay ya más de mil millones de coches con una poderosa industria que vive de ellos y, a sus pies, ciudades enteras creadas a su justa medida.
Bikes vs Cars, la película
Las calles de las grandes ciudades son el campo de batalla en el que se enfrentan bicis y coches, y un director sueco llamado Fredrik Gertten ha decidido documentar esta lucha.
Bikes vs cars es el nombre de su película documental, en el que viaja por diferentes ciudades para poner en primer plano la forma en la que conviven (a menudo de mala manera) bicicletas y coches. Al mismo tiempo es -en palabras en fluido castellano de su director alemán- «una investigación sobre por qué no funciona el tráfico, y sobre los poderes que no quieren cambiar el mundo. Porque hay mucha gente que invierte millones en que no cambien las cosas en las ciudades.» Cambio climático, urbanismo y diseño, consumismo, estereotipos sociales, activismo y el simple placer de sentir la brisa cuando vas en bicicleta son algunos de los temas que toca esta película.
El hilo conductor y casi el leit motiv de la película es Aline, una obstinada ciclista de Sao Paulo, con su batalla por la seguridad de los ciclistas y el recurrente duelo ante los compañeros muertos en accidentes de tráfico. Si vas a verla, prepárate para que se te haga un nudo en la garganta en más de una ocasión, pero también para sonreír con sensación de triunfo varias veces e incluso soltar algunas carcajadas.
Activistas de diferentes ciudades del mundo que defienden los derechos de los ciclistas, enfrentándose a los poderes económicos, porque están convencidos de que la bicicleta es una importante herramienta de cambio.
Meeting Fredrik Gertten
La primera vez que escuché hablar de esta película fue en noviembre del 2013. Estaban de crowdfunding y como me conmovió su trailer, nos hicimos mecenas en casa y estuve apoyando la campaña desde La Ecocosmopolita. Gracias a más de 2.021 mecenas, Bikes vs Cars logró reunir 82.000 dólares, a pesar de que el objetivo planteado era sólo de 90.000.
Cuando leímos que la película se presentaría en Barcelona, casi saltamos de la alegría.
El día del estreno llegamos Mau y yo al CCCB en bicicleta, como solemos llegar a todas partes. Atamos la cargo bike y estábamos dudando si tendríamos problemas con la Brompton plegada, cuando vimos que alguien estaba en pleno hall con otra Brompton, roja, impecable y sin plegar.
-Lógico, no nos van a poner pegas por una bici para ver Bikes Vs Cars.
Mientras esperábamos que permitieran la entrada al teatro, vi que el hombre de la otra Brompton era el mismísimo Gerten, que prácticamente hacía cola como cualquier persona para ver su propia película.
—¿Fredrik? —sonreí—. ¡Hola, yo soy Yve Ecocosmopolita! —somos amigos de Twitter y venía con muchas ganas de cruzar algunas palabras con él—. Después de recorrer tantas ciudades en bici, ¿qué te parece Barcelona? ¿Ya habías estado aquí?
—Claro, ya había estado y tengo buenos amigos aquí. La ciudad está muy bien para ir en bicicleta. Pero eso no quita que podría estar mucho mejor, porque la red de ciclovías aún no es completa. Es una lástima que tenga pocos días, porque quisiera poder recorrer la ciudad entera, pero el tiempo vuela.
Nos ofrecimos a hacerle de guía la mañana siguiente y quedamos que según como fuera la noche (que nunca se sabe) me avisaría. Parece que la noche fue al más puro estilo verano en Barcelona. (Fredrik, si vuelves, tenemos un bike-tour pendiente ;))
—¿Cuántas ciudades recorriste finalmente?
—Una película como ésta es muy cara y, en parte por eso, finalmente no hicimos tantas ciudades como nos planteamos al comienzo. Optamos por concentrarnos en narrar historias que reflejaran la relación con la bicicleta de la ciudad desde una mirada global.
Lo logran, desde luego.
Yo jamás fui ciclista en Caracas más allá de la Cota Mil en domingos, una autovía que desde hace décadas cierra el acceso de los coches una vez a la semana, convirtiéndola en un espacio privilegiado para peatones y ciclistas.
Pero fuera de este marco excepcional, era incapaz de ir en bici por la ciudad. En cambio Mau (igual que mi hermano) era de los que recorría la ciudad entera casi a diario sobre sus dos ruedas. Al final de la película tuvo que decir emocionado que se había visto retratado en cada uno de los ciclistas de la película.
A veces me pregunto si, de haberme quedado en Caracas, me hubiera unido a la movida de la rebeldía sobre ruedas, que por lo que alcanzo a ver desde aquí, crece cada día. Quiero pensar que sí, que mi corazón ecocosmopolita hubiera acabado haciendo de las suyas y, tal como Aline, habría acabado haciéndome ciclo-activista y ayudando a construir esa masa crítica, que es la única capaz de quitar a los coches el dominio absoluto del espacio urbano.
Gracias Fredrik Gertten, de corazón, por esta película.
Dónde ver el documental Bikes Vs Cars
Actualizo este post en enero del 2023 para comentar que puedes ver el documental Bikes vs Cars en Netflix.
Y tú, ¿prefieres bici o coche?
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