¿Existe alguna alternativa al cepillo de dientes de plástico, que nos permita minimizar el impacto de nuestros hábitos de higiene? ¿Es posible comprar un cepillo de dientes ecológico?
Nos interesa mucho todo lo que tiene que ver con la higiene dental (como contaba Tere en este post sobre lactancia y caries que incluye receta de pasta dental casera), y después de mucho tiempo dándole vueltas al tema, nuestra conclusión es que aún no existe el cepillo de dientes perfecto. Sin embargo, existen algunos cepillos capaces de mantener nuestra boca correctamente limpia y nuestra conciencia ambiental un poco más en paz. Soluciones mejores a tirar cada tres o seis meses un cepillo de dientes de plástico a la basura, que no será reciclado y que permanecerá en este planeta, junto a todos los cepillos que usemos durante nuestras vidas, durante tal vez miles de años.
Sin embargo, si quieres comprar un cepillo de dientes ecológico, o con menor impacto, ve con mucho ojo, porque a veces cuesta encontrar la verdad en medio del humo.
A nosotras nos encantaría poder recomendar un cepillo de dientes que no fuera desechable, pero eso es absolutamente imposible. Al menos de momento, no sería saludable (¡quien sabe qué inventos nos pueda traer el futuro!). Sin embargo, hay algunas alternativas que reducen mucho el impacto. Vamos a verlas:
- De momento, la mejor alternativa que hemos encontrado está en los cepillos de dientes de bambú con cerdas libres de derivados del petróleo, que por eso ofrecemos en nuestra web. Hablaremos a fondo sobre ellos en este artículo.
- Hay algunos cepillos de plástico con cabezal intercambiable y compostable, incluso con plástico producido a partir de materia prima vegetal (sin petróleo) y prácticamente sin packaging. Son también una buena alternativa porque reducen significativamente los residuos. Son una excelente opción para quienes sienten rechazo con el tacto del bambú o la madera en la boca y, además, tienen una forma más ergonómica.
- Sería fantástico que existiera uno que fuera 100% compostable y tan efectivo como el de nylon, pero tampoco lo hay, al menos hasta ahora. Sí se pueden conseguir cepillos de dientes de bambú con pelos de cerdo (al parecer, los cepillos de dientes se inventaron en China y originalmente usaban cerdas de jabalí). Aunque me resistía a la idea de usarlo, lo probé y definitivamente no me pareció un buen cepillo. Es muy duro y, además, cerdas se ablandan y se deforman rápidamente. A las pocas semanas estaba destinado a limpiar las juntas de las baldosas en el lavabo.
Actualización (junio 2018):
Recientemente Hydrophil nos ha dado una maravillosa noticia: después de mucho tiempo de investigación, están en condiciones de ofrecernos sus cepillos de dientes de bambú con cerdas de origen 100% renovable, es decir, totalmente libres de derivados del petróleo. Y no lo dicen de la boca para afuera, no. Nos lo dicen con un certificado oficial que puedes ver aquí y, hasta donde sabemos, es la única marca de cepillos de dientes de bambú que ofrece este certificado, mientras que varias marcas no han sido capaces de superar la prueba. La materia prima es aceite de ricino. de origen vegetal. ¡Bien!
Charlamos con Wanja, fundador de Hydrophil
Si has pasado por nuestra tienda online para una vida residuo cero, Usar y Reusar, habrás visto los cepillos de dientes de bambú de la marca Hydrophil. Una empresa que tiene como meta ofrecer productos veganos, hechos en condiciones laborales justas, ambientalmente sostenibles y con una huella hídrica neutra. Y su especialidad es, precisamente, los productos de higiene personal.
Para nosotros, uno de sus fuertes es la honestidad.
Hace poco estuvimos valorando incorporar otras marcas, porque siempre intentamos mejorar. Así que también estuvimos indagando más a fondo sobre su forma de hacer porque nosotras mismas vamos aprendiendo sobre la marcha.
Nos explicaron algunas cosas que nos dejaron con ganas de saber más, así que pedimos una cita virtual con uno de sus fundadores, que acabó en una amenísima charla con Wanja Johannes. Te invito a asomar la nariz tú también en los entretelones de los cepillos dientes de bambú, que cada vez se hacen más accesibles y habituales. ¿Comenzamos?
Hola Wanja, ¡Muchísimas gracias por dedicarnos un rato de tu tiempo! Para comenzar, me gustaría que me contaras la historia de Hydrophil, vuestra marca. Por lo que he leído, todo comenzó cuando tres amigos daban un paseo en bici por Hamburgo…
Podemos decir que sí. Éramos Christoph, Sebstian y yo. Nos conocíamos gracias a la ONG Viva con Agua con la que colaboramos como voluntarios. Sebastian estaba escribiendo un blog sobre sostenibilidad, enfocado especialmente en el problema del agua, y quería ofrecer productos sostenibles, bonitos, a través de la web. Comenzamos con unas camisetas de huella hídrica neutra.
Empezamos poco a poco. Haciendo tal vez treinta camisetas, y después treinta camisetas más, y así fuimos creciendo.
También nos preocupaba el problema del plástico, y vimos que había un reto importante en el lavabo, donde no encontrábamos alternativas. Aquí empezamos con los cepillos de dientes.
Es una de las cosas que me encanta vuestra marca, porque yo comencé con un blog por un lado y con activismo contra el cambio climático por el otro, así que me siento muy retratada con vuestra historia.
¿Había otra marca haciendo cepillos de dientes de bambú en Europa en esos momentos?
No, había una empresa que los estaba haciendo en los Estados Unidos cuando aparecimos nosotros. Bueno, paralelamente (es difícil decir quién comenzó primero) surgió otra marca que hacía cepillos de dientes de Polonia.
Hoy en día hay dos grandes marcas en Europa, y una de ellas somos nosotros.
Han pasado pocos años, pero ahora vemos montones de marcas de cepillos de dientes de bambú. Nosotros recibimos constantemente ofertas de otros cepillos de marcas que dicen compostables, y tener infinidad de propiedades anticaries (por ejemplo, por el famoso bambú activo).
Sí, cada semana aparece en el mercado una nueva marca con un cepillo de dientes ecológico con supuestas virtudes, muchas veces muy dudosas. Resulta agotador, pero es inevitable que suceda con cualquier producto de éxito: aparecen copias. Y la mayoría de las veces, con una calidad inferior.
Hablemos de todo esto… ¿podrías explicarme en qué se diferencia Hydrophil de otras que ofrecen un cepillo de dientes ecológico?
Para nosotros es importante asegurar la calidad y la ética. Trabajamos desde hace cuatro años con los mismos socios en China y tenemos muy buen control de la producción. Conocemos a los trabajadores y las condiciones laborales en la fábrica. Tenemos una comunicación fluida y diaria, y viajamos cada año para verlo por nosotros mismos. Esto es lo que nos permite asegurar la más alta calidad, en todos los sentidos, con todos y cada uno de nuestros productos.
¿Quieres dar un vistazo a cómo trabaja Hydrophil?
Muchos cepillos dicen ser 100% biodegradables y hasta compostables. Incluso hablan de cosas que no se sabe bien qué son, como Nylon bio, cerdas con bambú ecológico, o con carbón activo, sin mostrar un certificado de confianza.
Sí. Creo que es importante decir que muchas marcas están haciendo marketing con muchas cualidades que muchas veces no son ciertas, a veces por mero desconocimiento del producto. El problema en China es que si yo llamo a una nueva fábrica y le pido cerdas con pelo de unicornio, me dirán «ok, no hay problema, son 5 céntimos más».
De momento, nosotros estamos trabajando en el desarrollo de alternativas más sostenibles. Aún no es oficial y queda trabajo por hacer, pero estamos buscando opciones que no son derivadas del petróleo, lo que reduce la huella ambiental Pero eso no lo querrá decir que son cerdas compostables, y jamás diremos que es así.
NOTA ESCOCOSMOPOLITA: Tal como comenté en la introducción de la entrevista, actualmente las cerdas de los cepillos de Hydrophil son 100% libres de aceites minerales, Sin embargo, no es un material que pueda compostarse en casa. En cualquier caso, hay que tomar en cuenta que seguramente serán rechazados en cualquier sistema de recogida de residuos orgánicos urbanos.
Por ejemplo, fabricamos aquí mismo en Hamburgo un vaso que proviene en un 100% de plantas. A diferencia de muchos vasos de bambú, que tienen realmente un alto porcentaje de melanina en su composición, este producto se hace sin usar plástico. Se degradará en cien años, en lugar 500 como sucede con el plástico normal, pero eso tampoco lo hace biodegradable. Eso sí, podemos reciclarlo. No en el sistema estándar de reciclaje actual, pero si nos lo envías, podemos procesarlo en unas plantas especializadas. A lo que voy: es que es un buen producto, pero nunca te diremos que es más de lo que realmente es.
Es difícil hacer un producto perfecto pero es muy inspirador ver cómo trabajáis por mejorar los sistemas de producción. ¡Todo llegará! En otra línea de ideas, hablando con amigas de la ecoblogosfera, también nos hemos hecho preguntas sobre el impacto, en sentido amplio, de un cepillo de dientes de bambú. ¿Podemos tener la tranquilidad de que, analizando el cliclo de vida completo del producto, realmente es más sostenible que el plástico?
Bueno, realmente no puedo darte datos cuantitativos sobre la diferencia en la huella ecológica de uno y otro cepillo, pero la cuestión es que el cepillo de dientes de bambú es realmente un producto natural. Está simplemente tallado en bambú. No hace falta mezclar ni sintetizar ningún material, salvo las cerdas, que encontrarás igualmente en un cepillo de dientes de plástico.
Desde luego tiene la huella de carbono del envío, pero te pasará lo mismo con la mayoría de los bienes que consumimos, incluidos los cepillos de dientes de plástico. De hecho, si compras un cepillo de dientes convencional, es muy probable que también esté hecho en China y con un impacto mucho mayor, porque la producción del plástico es mucho más compleja y contaminante que tallar un trozo de bambú y la materia prima no se obtiene ni se procesa cerca de la fábrica, como sucede en el caso de nuestros cepillos, que proceden de selvas muy cercanas al lugar de manufactura.
Efectivamente. Muchas veces olvidamos que el plástico de los cepillos de dientes también tiene su propia huella ecológica y tampoco se extrae y procesa al lado de casa. He comprobado que en España la mayor parte de las marcas que conocemos fabrican también en China. Por otro lado, por lo que he leído, en un producto de plástico, las emisiones de carbono por el transporte no son lo más relevante de su huella de CO2 total, puesto que hay problemas mucho más graves en la primera fase de la cadena
Sí, en cambio el bambú no consume energía ni contamina durante su crecimiento, sino que absorbe grandes cantidades de CO2. Nosotros cortamos el bambú tras dos años de edad, cuando ya tiene entre 10 y 15 metros de altura. Es una planta que crece muy rápido. Y durante este tiempo, el bamboo moso, que es el que usamos para nuestros cepillos de dientes, absorbe aproximadamente 18 toneladas métricas de co2.
Algo que me preocupa, ¿su cultivo no tiene ningún impacto en la selva natural? Si todos utilizáramos cepillos de dientes de bambú, ¿no acabaríamos teniendo un problema?
Aunque trabajamos con plantas cultivadas -no es una selva salvaje- no es un problema, porque como hemos dicho, el bambú es una planta que tiene un crecimiento muy rápido y tanto en India como en China, es una planta natural y autóctona. No se tala una selva para plantar bambú. Hay una selva de bambú y ésta se utiliza, sin acabar con ella. Constantemente replantamos y vuelve a crecer. Además, no es un monocultivo, sino que la plantación convive con otras plantas originarias del lugar.
Aunque es cierto que Greenpeace incluye el bambú en su lista de «buenas maderas», yo espero que vayan surgiendo otras alternativas, porque en este planeta somos muchos los que nos cepillamos los dientes. De momento, vamos a cerrar la entrevista con el vídeo de uno de vuestros viajes por China…
Espero que esta entrevista a Wanja te haga ver con un poco más de escepticismo el próximo anuncio de un cepillo de dientes ecológico. Si indagas y consigues alguna información interesante y de buena fuente en tu investigación, ¡no dejes de compartirla con nosotras! Me despido, deseándote unas muy felices fiestas, animándote a hacer regalos más sostenibles y ecológicos. ¡Hasta la próxima!
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