Como ya sabéis -porque de eso ya hemos hablado y hasta hemos sorteado entradas- del 7 al 9 de mayo Barcelona acogió nuevamente al encuentro «más eco»: Biocultura Barcelona, en su 22º edición. Las últimas semanas han sido una locura, porque entre otras cosas he lanzado una campaña de crowdfunding con 350 BCN y he comenzado a trabajar con Greenbiz.es, Green Business Spain, así que disculpa que este post llegue con tanto retraso. De todas formas, y aunque es imposible hablar de todo lo que me ha gustado, intentaré hacer un resumen de lo que me robó el corazón en la feria.
Lo serio, primero
Comienzo el tour por el stand de VSF Justicia Alimentaria Global, donde el plato fuerte era la campaña 25 Gr, cuyo nombre hace referencia a los 25 gr. de consumo máximo de azúcar diario que recomienda la OMS y busca hacernos ver las cantidades absurdas de azúcar que ocultan alimentos procesados que en muchos casos comemos día tras día. Una campaña interesante que busca resultados a nivel legislativo. Pásate por su web, infórmate y firma su petición.
También estuve conversando con Juan Garibi, el director de Fiare, Banca Popular Ética, que me dejó con ganas dar el salto. Fiare es un banco cooperativo que actúa como herramienta de transformación social financiando proyectos locales de economía solidaria y social. Una buena opción para desinvertir de los bancos tradicionales.
Con Juan Garibi, director de Fiare, Banca Popular ÉticaCosmética bio de pies a cabeza
Y ahora vamos a la parte golosa. Me di banquete con la cosmética ecológica, que es una de mis debilidades y cada vez crece más en la feria. Destacaré tres propuestas. Comencé con Mona&Leo, una casa Española que conocí el año pasado y es fantástica. Entonces compré una crema corporal hecha a medida de mi piel seca, y entonces y ahora, me regalaron muestras de sus cremas hidratantes faciales y las amo con locura. Tienen una textura untuosa y deliciosa (yo no soy de cremas muy ligeras) y un perfecto efecto mate. Me encanta el diseño tipográfico de sus productos.
Mona&Leo, Cosmética bioComo cada año, me entretuve un rato en el stand de Naturcosmétika. Me compré un cepillo de dientes con cabezal desmontable que hace tiempo quería, porque aunque no nos libra del plástico, lo reduce bastante. Entre las novedades, tenían la línea Jazmín de Florame, y me traje una muestra de un aceite que está de vicio: hidrata y deja una fragancia increíble. Recomendadísimo para amantes de los aceites.
En dirección de las agujas del reloj, el stand de Naturcosmátika, mi cepillo con recambios, y feliz con una crema de rosas de Logona, regalo de Árnica MontanaFinalmente, en el stand de EquiMercado quedé muy gratamente sorprendida por las cremas hidratantes, faciales y corporales de comercio justo certificado y 100% naturales. Ingredientes de muy buena calidad, textura fantástica, buena absorción y muy buenos precios. Te recomiendo pasarte por su tienda online, que además tiene envío gratis para pedidos a partir de sólo 35 euros. La foto te la debo 🙂
En el Planeta de la Moda Sostenible
Este año se creó mucha expectativa en cuanto a la moda sostenible y se le dedicaron unas cuantas charlas y debates. Yo esperaba una oferta mayor, la verdad, pero conocí algunas marcas que me gustaron muchísimo y me dejaron con los dientes largos. Hagamos un paseo rápido de mi lista de deseos de Biocultura 2015.
- Estos zapatos de comercio justo de SoleRebels, hechos a mano en Etiopía, con algodón tejido en telares tradicionales y suelas de neumáticos reciclados. Mi amor por ellos ya tiene historia.
- Esta camiseta de algodón ecológico de Pell de raïm, con una ilustración hermosa e inspiradora, suavidad increible y un corte tan sencillo y ¡tan bonito! Además de lo encantadora que es Lluna Albert, una de las socias, quien me atendió en la feria.
- Las camisetas de algodón bio de Beedreamer, de comercio justo, con número de serie (sólo 50 unidades por diseño), solidarias y confeccionadas en Barcelona.
- Faldas y vestiditos hermosos de Ethnotyk, hechos con telas africanas de estampados de escándalo. ¡La de la foto es la que quiero yo! Ahora, te confieso que en a feria me dijeron que los tejidos eran de comercio justo y ecológicos, y de momento en la web sólo leo que son teñidas sin metales pesados. Les he escrito para consultarlo y actualizaré por aquí.
- Y el gran amor de la feria. Este vestido de algodón bio, del stand de Sunsais Ecofashion Grup que me venía como un guante a la mano. ¡Me costó quitármelo! Ni hablar de la caída de las piezas de tela de bambú y eucalipto. Maravillosas. ¡Ayyy!
¡Y hasta que llega el tour Ecocosmopolita por Biocultura 2015, que espero que te sirva para conocer otros proyectos y marcas comprometidas por un mundo más verde. Y ojo, este post no está pagado ni mucho menos, sale de todo corazón, para apoyar proyectos que me parece que valen la pena. ¡Feliz domingo!
Porque hay muchas cosas maravillosas
en este mundo
y a mí me encanta compartirlas
Cada 15 días escribo una carta en la que comparto un popurrí de cosas que creo que deberías conocer, porque son buenas para la Tierra o porque son buenas para ti.
Recibe las cartas de la ecocosmopolitaQue un poco, es lo mismo porque formamos parte de este planeta.
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