Pasar un sábado de agosto en Barcelona sin morir en el intento

…¡y hasta disfrutarlo!
Agosteando 2

Creo que nunca he tenido ni tres semanas de vacaciones en agosto. Sin embargo, desde que vivo en Barcelona siempre he dicho que las vacaciones de la familia son también mías, trabaje o no. Porque el clima de Venezuela es magnífico pero las estaciones tienen la magia de hacerte vibrar a su ritmo, y a mí el verano me llena de ganas de disfrutar y gozar hasta el último rayo de sol y el último rincón de la ciudad. Y si además, al acabar de trabajar me encuentro a la familia llena de espíritu vacacional, pues tanto mejor. El hecho de que no haya que levantar a las niñas para comenzar la rutina de locura de los preparativos para ir a la escuela, ya me hace sentir de vacaciones. Sí, me encanta el verano y la forma en la que me hacen olvidar relojes, calendarios y rutinas, aunque sea de forma relativa. Y las vacaciones en la ciudad son un momento ideal para disfrutar de las actividades más cosmopolitas, del mar (los que tenemos la suerte de tenerlo cerca), de la familia de una forma más sosegada y tranquila, y también de los pocos amigos que quedan por aquí.

Y hablando de amigos, este fin de semana he hecho un «intercambio de canguros», así que el sábado el padre de la camada se llevó al trío de niñas con los padres de turno en nuestra súper cargo bike Bullitt, mientras yo me iba a comprar las entradas para encontrarnos en el cine. ¡Y todos tan contentos! Por cierto: hacía dos años que el tío guapo de la foto de abajo y yo no íbamos solos al cine, y antes de esto, ¡dos años más! Hacerlo ha sido una estupenda manera de sobrevivir a un sábado de agosto en Barcelona.

El extraordinario viaje de T.S. Spivet

Hemos visto una película lindísima: El extraordinario viaje de T.S. Spivet, una de esas que te hacen reír y llorar, todo casi a la vez, que son de mis preferidas, al menos en este momento de la vida. Es la historia de un pequeño «niño genio», un científico súper precoz, que decide cruzar medio Estados Unidos sin avisar a su familia y, como es de esperar, se ve envuelto en toda clase de situaciones; una historia muy graciosa y divertida, pero con un trasfondo de sorda tristeza y, por suerte, también mucho amor, aunque contenido. Está basada en la novela «Las obras escogidas de T.S. Spivet» ( Reif Larsen, 2009) y ha sido dirigida por Oscar Jean Pierre-Jeunet, el mismo de Delicatessen y de la famosísima Amelie. Si quieres saber por qué se lanza en semejante aventura, vete al Verdi o revisa la cartelera de tu localidad, que si te lo cuento pierde la gracia.

Ya lo sé. Este post no tiene nada de ecológico, pero es lo que tiene el verano. Y no te sientas mal por mí, que ya ves que me entretengo y además, mientras tú lees este post, yo tal vez esté remojando mis pies en una cala de la Costa Brava. Pero esto te lo cuento cuando me quite el agua salada.

Recuerda, Agosteando es una pequeña bitácora de nuestro mes favorito del año. También agostean a coro conmigo Costurilla handmade y La casa de la playa. Un par de blogueras artistas que agostean de lujo desde Tenerife. ¿Te apetece agostear con nosotras? Contáctanos y lo organizamos. ¡Y que tengas una feliz semana!

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