Hace un par de semanas Naomí Klein estuvo presentando su último libro, Esto lo cambia todo. El capitalismo contra el clima (Paidós, 2015) en el CCCB de Barcelona. Como yo estaba en Zurich, le he pedido a mi amiga Lourdes Berdié que me escribiera unas líneas para el blog sobre la experiencia. Ha hecho mucho más: una extraordinaria reflexión sobre el mensaje de Klein y, a partir de ahí, sobre la situación energética global y local y la necesidad de un movimiento de masas que le de un giro radical. Lourdes es química de profesión, mamá autodidacta día tras día, indignada desde el 15, que desde ese despertar: «se mete en todos los líos que le permite su energía»: Universidad indignada, Assemblea de Sant Andreu de Palomar, Crida per la desobediència civil, Plataforma Aturem el Fracking, Multireferendum, Xarxa per la sobirania energètica, Som lo que sembrem… Además, y por suerte, es miembro de 350BCN.
Te recomiendo sorber su post hasta la última gota y, después, pasate por el post que ha preparado 350 BCN donde encontrarás muchas más fotos, el vídeo de una estupenda entrevista a Naomi Klein y la narración de la experiencia que vivió la gente de 350 BCN esa noche. Ahora, ¡te dejo con Lourdes!
Me ha pedido la ecocosmopolita y elocuente bloguera Yve (besazo, Yve) que os explique un poco cómo fue la visita de Naomi Klein al Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona y qué significa para algunos movimientos que trabajamos sobre el tema. ¡Allá voy!
Como sabéis, Naomi Klein pasó por Barcelona el pasado 27 de marzo para presentar su libro Esto lo cambia todo. El capitalismo contra el clima. Una sala enorme a reventar lo presenció en directo. En otra sala, otro grupo de personas lo seguían a través de una pantalla. Gran expectación.
Y es que 2015 es un año transcendental para el clima. En diciembre, la Cumbre de París (la COP21,) marcará la hoja de ruta y los compromisos para el clima de todas las partes para después de 2020. El aumento máximo de 2ºC de temperatura de la atmósfera que se acordó en la conferencia de Copenhague en 2009 tiene cada vez menos posibilidades de ser una opción alcanzable, según explica el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC). En su último informe de 2014, el IPCC alerta que quizá ya sea tarde para las estrategias de mitigación y que ahora solo podamos plantearnos la adaptación a un cambio ya ineludible.
¿El cambio climático lo cambia todo?
Estamos, según subraya Naomi Klein ante la crisis más importante de la humanidad. Una crisis que cuestiona los pilares sobre los que se sustenta y desarrolla nuestra sociedad, que cuestiona en su médula al propio capitalismo. Para poder llevar a cabo las políticas que reducirían las emisiones de carbono, habría que cambiar radicalmente de modelo económico. Este es el potente mensaje de Naomi Klein.
El cambio climático obliga a un cuestionamiento radical de la lógica del crecimiento del PIB y del modelo de consumo, al considerar imprescindible que el 80% de los recursos fósiles aún disponibles en el planeta se queden dónde están: en el subsuelo.
Estamos ante una emergencia que requiere un giro de 180º en nuestras políticas y economías, altamente dependientes de la energía fósil. ¿Quién va a tomar la iniciativa? No podemos esperar que la iniciativa de cambio venga de las grandes empresas energéticas multinacionales. Mucho menos de la política convencional cómplice de un sistema de puertas giratorias que incentiva impunemente el paso de políticos a empresas energéticas. Llevamos desde Kioto (1997) esperando un acuerdo internacional que no llega.
Ante este escenario, no hay opción: nos toca a nosotros tener la iniciativa.
Cambio a una democracia radical
Hacer posible el giro en nuestras políticas y economías es uno de los motivos por los que están creciendo los movimientos por la democracia energética. En Cataluña, la cooperativa de comercialización y generación a través de energías renovables Som Energia es un ejemplo- como mencionó Naomi Klein es su discurso- de cómo el cooperativismo, es decir, la democracia económica, puede poco a poco ir ganando terreno a los oligopolios de grandes corporaciones energéticas. La Xarxa per la sobirania energètica (XSE)recoge en su manifiesto como punto fundamental la democracia energética y el control social de los medios de producción actualmente en manos de los intereses corporativos.
En la campaña Multireferendum, un referéndum organizado por la ciudadanía en mayo de 2014 pasado y en el que participó la Xse, el 98% de los 37.945 participantes se mostraba a favor de un control democrático directo del sector energético.
A nivel mundial, Naomi Klein está vinculada al movimiento internacional 350.org, que en Barcelona está representado por un grupo de personas muy proactivas, creativas, organizadas con las que es imposible no encontrarse a gusto: 350BCN. El grupo nació para organizar la Marcha por el Clima de Barcelona el pasado mes de septiembre; una marcha que en Nueva York llevó a 400.000 personas a tomar las calles de la Ciudad. Una manifestación, remarca emocionada Klein, sin precedentes. En Barcelona movilizó a más de 2.000 personas. 350BCN está trabajando ahora en la campaña de Desinversión en combustibles fósiles y preparando con otros movimientos sociales la cumbre de París de diciembre de 2015.
Algunos grupos financieros empiezan a dar señales de desinversión: por ejemplo, el mismo día de la conferencia, el grupo Financiero Rockefeller – nos anuncia Klein. En España, Caixabank parece querer desinvertir de Repsol. Las motivaciones seguramente darían para un post o dos más, pero una desinversión es una desinversión y bienvenida sea. (¡Aunque estaremos alerta!)
Democracia km0
La solución está en la proximidad. Klein toma como referencia la municipalización de la energía que se está produciendo en Alemania, algo que en España es mucho más difícil de llevar a cabo por cuestiones legales que están blindando la posibilidad de cambiar a un modelo energético. Un modelo energético que querríamos menos centralizado y oligopólico– como denuncia la Plataforma por un nuevo modelo energético – y más renovable, democrático, justo y solidario con otros pueblos y futuras generaciones.
Experiencias como Rubí Brilla nos hacen pensar que tenemos margen para poder hacer muchas cosas. Las limitaciones legales nos indican también que es necesario un cambio en la letra y el espíritu de la ley. Así que, desde los movimientos sociales, se están trabajando también propuestas municipalistas para las próximas elecciones del 24 de mayo.
Emergencias que lo cambian todo
Por si el cambio climático fuera poco, otras emergencias, igualmente apremiantes, nos empujan en la misma dirección, hacia la salida de emergencia: el cambio del modelo capitalista. Nos referimos a la limitación de los recursos materiales en un mundo finito y a la emergencia ética que causamos en los países ricos en recursos naturales a causa del expolio así como la guerra por el acaparamiento de estos recursos por parte de unos pocos.
Y ¿cuál es la radicalidad del cambio que hemos de llevar a cabo?
El giro radical que debemos abordar pasa por colocar la vida, la calidad de vida, la nuestra, la de nuestras familias, la de nuestros vecinos, la de otros pueblos, la de futuras generaciones, la vida de la propia Gaia en el centro de nuestra vida, de nuestra política y de nuestra economía. No hay opción B.
Porque hay muchas cosas maravillosas
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