La mañana del pasado domingo, una de las más calientes de lo que va de este verano (al menos según mi termómetro personal), conocí a un grupo de personas que me tocó alma por su dedicación, buena energía, inspiración y espíritu de cooperación.
Las niñas, Mauricio -mi compañero de aventuras, mejor conocido por algunos como EncargoBike- y yo nos encontramos en el polideportivo municipal Mar Bella con los encantadores Zuhir, Mariona, Clara y todos los chicos de Superacció, quienes acalorados, contentos y nerviosos, nos esperaban para poner a punto sus bicis para su primer triatlón: el SERTRI de Badalona.
¿Sabías que esa bici que estorba en tu casa puede ayudar a cambiar la vida de una persona?
Superacció, que comenzó a funcionar oficialmente en abril de este año, es una organización que busca impulsar la inserción social para niños y jóvenes, y lucha contra la exclusión social y el fracaso escolar a través del deporte.
Hace poco tuve el placer de descubrirlos casualmente a través de una publicación en Facebook (que de vez en cuando, además de desintegrar el tiempo, aporta algo) y se lo mostré corriendo a Mauricio. Nos faltó tiempo para compartir su solicitud de bicis, cascos y bidones de agua, donados o prestados, y ofrecer el apoyo de EncargoBike. Y es que se trata de un proyecto que reúne demasiadas cosas que nos gustan: acción social, cooperación, bicicleta y reciclaje. No podíamos dejarlo pasar.
Pronto se acordó que Mauricio haría un breve taller sobre mantenimiento de bicicletas. Y yo no pensaba perdérmelo. Así que ahí estuvimos el domingo por la mañana los cuatro (¡más la cargo bike!) dispuestos a apoyar y a dar ánimos. En grupos de cinco o seis chicos a la vez, repasaron aire, frenos y marchas de cada una de las más de veinte bicicletas que lograron reunir gracias a la colaboración de diversas personas y empresas. Como se trataba de bicicletas de segunda mano, había equipos de toda clase, y pudieron aprender a apreciar las diferencias y escoger la que mejor se ajustaba a cada uno de los chicos.
Este encuentro estaba enmarcado en el campus de verano en el que participan los chicos desde hace unos 15 días, que durará todo el mes de julio y mitad de septiembre. Durante todo el año académico funciona, además, un programa contínuo de entrenamiento, complementado con otras actividades de acompañamiento dirigidas a proporcionar herramientas personales y trabajar la motivación. El triatlón representa para ellos un medio para canalizar energías, trabajar la disciplina, enfrentar los miedos, desafiar los límites propios y reconocer así de lo que son capaces de lograr.
Fue un inmenso placer disfrutar de la compañía de este equipo y nos llenamos de admiración frente al valor de estos chichos y chicas, que han decidido luchar por un futuro mejor. Nos quitamos el sombrero, además, frente a sus entrenadores y acompañantes, que han apostado por ellos y les están ayudando a ver todo lo que tienen dentro. Disfrutamos de una amena comida, nos sentimos como en casa y nos marchamos con el corazón reconfortado y ganas de poder acompañarlos más allá. Esperamos que así sea.
Ayer supimos que esta primera experiencia fue todo un éxito, a pesar de que la organización del evento no fue la que se merecían los deportistas, que los chicos se comportaron como todos unos campeones (¡no esperábamos otra cosa después de verles la sonrisa llena de ánimos!) y que lo dieron todo. Estamos seguros de que es el comienzo de un gran camino. Esperamos poder volver a formar parte de él. ¡Ánimo equipo! Cuenten con nosotros.
Porque hay muchas cosas maravillosas
en este mundo
y a mí me encanta compartirlas
Cada 15 días escribo una carta en la que comparto un popurrí de cosas que creo que deberías conocer, porque son buenas para la Tierra o porque son buenas para ti.
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