5 alternativas al plástico, para cumplir el reto del siglo. #MyGreenAction

alternativas para una compra sin plástico

El mundo está cambiando demasiado rápido y aunque parece que nos damos cuenta de ello a velocidad de caracol. Sin embargo,, hay algo que creo que ya todos sabemos: el uso del plástico se nos ha ido de las manos, y mucho.

Las razones son variadas. Entre otras cosas, porque es un material con unas virtudes únicas: maleable y flexible, súper duradero, versátil y, además, muy económico: permite hacer artículos hermosos y accesibles a cualquier bolsillo. Gracias a estas características, en las últimas décadas se ha convertido en el rey de los productos de usar y tirar, de los embalajes y de otros usos fugaces.

El problema está en que el plástico no se biodegrada. Puede permanecer durante años, alterando la vida natural, imperturbable, o puede fragmentarse en “microplásticos”, muy contaminantes ,que acaban invadiendo el agua, siendo ingeridos por animales y entrando en nuestra mesa y en nuestros cuerpos. Además, el plástico se produce a partir del petróleo, un recurso no renovable, cuya explotación es, en sí misma, muy dañina y contaminante.

Se acerca la Green Week  de la EU, que se celebrará del 13 al 17 de mayo, y desde la organización me han pedido unirme al desafío #MYGREENACTION. Al recibir el llamado, no he podido evitar pensar en el reto que nos plantea el plástico, porque sé que tenemos en nuestras manos la capacidad de hacer al respecto más de lo que creemos.  Por eso hoy, respondiendo al reto de la Green Week, te invito a unirte a la campaña europea aceptando el reto de consumir menos plástico, sobre todo, de un solo uso.

Simplemente menos. La medida solo la puedes poner tú. Ten en cuenta que cada paso cuenta, y no te mates por aquello que no puedes evitar, pero sé fiel al reto en aquellos puntos que sí son accesibles para ti.

MyGreenchallenge

Hay vida más allá del plástico de un solo uso (y nunca mejor dicho).

Hace unas pocas décadas, nuestras abuelas vivían prácticamente sin plástico pero hoy día se nos hace una misión titánica, porque nos hemos hecho absolutamente plástico-dependientes. Sin embargo, una vez te propone darle la vuelta a esto, te das cuenta de que no es tan difícil desplastificarnos. Todo es cuestión de encontrar alternativas, que a veces son más sencillas de lo que parece a primera vista. Por eso, para hacerte más fácil el reto de producir menos basura, te propongo algunas alternativas al plástico de un solo uso que tal vez no conoces, o simplemente no hayas tomado en cuenta hasta ahora.

  1. Alternativas a las pajitas desechablesYa hemos hablado del impacto de las pajitas de plástico. La usamos durante unos minutos y, rápidamente, van a parar a la basura. La mayoría de las personas podríamos vivir perfectamente sin ellas, pero muchos siguen usándolas por costumbre, sin pensar en su impacto ambiental.
    Si estás pensando que la alternativa sostenible a las pajitas son las de papel, me temo que te equivocas. Normalmente tienen una capa de plástico para hacerlas impermeables y, además, no tiene sentido utilizar papel para la producción de un artículo prescindible y desechable.
    La primera alternativa a  las pajitas es no usar ninguna en absoluto y beber directamente del vaso, sin más. Pero si deseas seguir utilizando pajitas, escoge unas reutilizables, con un cepillo a medida que te permite limpiarlas bien después de cada uso:

    • Las pajitas de cristal son muy higiénicas, elegantes y, si son de vidrio de laboratorio o borosilicato, más resistentes de lo que piensas, aunque se pueden romper con una mala caída.
    • Las pajitas de acero inoxidable son ya irrompibles, modernas y resistentes a la corrosión, pero por ejemplo, no puedes utilizarlas para bebidas calientes.
    • Las pajitas de bambú son biodegradables, la huella ecológica de su producción es mínima, pero deberás tener mucho cuidado para que no les salgan hongos o se deterioren por la humedad.
  2. Alternativas a las bolsas plásticas transparentes: Podemos sustituir tanto las de asas, como las bolsas transparentes sin asas (o «muy ligeras»), por bolsas de tela. Sin embargo, rara vez tomamos en cuenta estas últimas, entre otras cosas, porque aun cuando las bolsas de mayor densidad van desapareciendo poco a poco, están aún se reparten con alegría en los establecimientos comerciales.  ¿Alternativas? hay varias:
    • Bolsas de tela pequeñas, preferiblemente con cordones para cerrarlas. Sustituirán a las que se usan normalmente para comprar granos, frutas, hortalizas, algo para merendar… En general recomiendo bolsas de algodón, y mejor que sea ecológico, pero para la fruta son realmente prácticas las bolsas de rejilla de poliéster, que son más fáciles de desmanchar, son transparentes a pesar de tener agujeros muy pequeños y son súper resistentes, así que te permiten cargar varios kilos sin problema. Si las usas varias veces a la semana por muchos años, seguro que compensarás su huella ecológica.
    • Botes de vidrio de conservas: reutilizados, desde luego. Entre otros usos, son perfectos para comprar especias, harinas, olivas, frutos secos y otros granos en tiendas de alimentación con venta a granel. Y lo mejor es que ¡son gratis!
    • Envases de cocina, tipo tuppers. Seguramente ya tienes unos cuantos en casa, y en ellos puedes comprar todos los productos del punto anterior, además de productos frescos como charcutería, carne o pescado. Sustituirás la bolsa y, además, el papel plastificado que las acompaña, lo que nos lleva al punto siguiente.
  3. Alternativas al film plástico: Se puede vivir sin film y sin papel de aluminio pero, la verdad, es muy cómodo usarlos y nos ayuda a conservar los alimentos. Para guardar un resto de un pepino, para llevar el bocadillo, para tapar un bol con un resto de comida en la nevera… La buena noticia es que también hay reutilizables que te permitirán sustituir estos materiales de un solo uso:
    • Food wraps o envoltorios de algodón con cera natural: Se trata de telas que han sido tratadas artesanalmente con ceras naturales (pueden ser de abeja o vegetales). La tela se amolda a la forma de su contenido, se mantiene adherida y además, lo aísla del medio ayudando a su conservación.
    • Envoltorios para bocadillos de tela: pueden ser como un sobre o planos, y suelen contar con una capa impermeable. Se cierran y permiten llevar un bocadillo sin necesidad de un desechable.
    • Bolsas zip de silicona: Gracias a su cierre zip, permiten sacar gran parte del aire y son otra gran alternativa para conservar toda clase de alimentos en su interior. Son reutilizables y la silicona proviene del silicio; esto quiere decir que aunque no es biodegradable, no tiene la toxicidad del plástico.
  4. Alternativas sólidas a la cosmética en plástico: Si puedes sustituir un producto líquido por una alternativa sólida, o por una alternativa a granel, estarás ganando en sostenibilidad casi seguro.
    • Productos sólidos: Una barra de jabón puede llegar a sustituir un envase de gel de un litro o más, sin plástico. Además, como se ahorra el agua (que ya tú encontrarás en tu grifo), ocupa un volumen mucho menor, lo que quiere decir que pueden transportarse más unidades en una misma caja y, por lo tanto, que la huella de carbono por transporte también es menor. Si escoges un jabón natural, de aceite vegetal, además tendrá menor impacto en la calidad del agua. hoy pueden conseguirse champús sólidos, acondicionadores sólidos, desodorantes sólidos, hidratantes en barra y, si tienes un poco de maña e interés, también puedes conseguir fácilmente recetas para prepararlos en casa.
    • Higiene a granel: Cada vez hay más tiendas que permiten comprar productos de higiene en tu propio envase. Una opción excelente que, además, te permite comprar solo la cantidad que necesitas.
  5. Alternativas para una limpieza sin plástico: Nuestros armarios de limpieza son un festival de plástico. Cepillos, estropajos, bayetas, envases, todo de plástico, así que en cada sesión de limpieza arrojamos microplásticos al ambiente y, cuando acabamos con un producto, un buen trozo de plástico. No creas que se trata de un callejón sin salida, porque también hay otras formas de limpiar:
    • Estropajos vegetales de luffa: para sustituir estropajos y las esponjas sintéticas. La luffa es una planta de la familia de las cucurbitáceas, como el calabacín, que al secarse y pelarse deja una estructura fibrosa que se ablanda al humedecerse.
    • Trapos y bayetas de algodón y celulosaPara muchos usos te bastará con trapos de algodón, que incluso puedes hacer con ropa vieja que esté en mal estado. Si buscas una solución más absorbente para otros usos, busca bayetas compostables de celulosa que absorben un montón y se pueden lavar muchas veces.
    • Cepillos de madera y fibras naturales: Puedes conseguirlos en tiendas tradicionales o especializadas en productos ecológicos, como Uasr y Reusar. Incluso un buen cepillo aunque sea de plástico, si no encuentras uno natural, es una mejor opción para limpiar diversas superficies, porque puede durar muchos años.

Después de restar, corre la voz

Si el reto de reducir el plástico ya te queda pequeño, entonces te invito a pasar al siguiente nivel y ayudar a que otras personas se unan al reto de reducir el consumo de plástico. Para ello, de propongo dos tipos de acciones:

  • Participa en una limpieza de espacios naturales: Ya sea una gran acción colectiva, como las que organiza Pure Clean Earth, un #trashchallenge (que invita a mostrar cómo le cambias la cara a un lugar natural en el que se ha acumulado la basura),  o algo tan simple como dedicar 5 minutos a limpiar la playa. Eso sí, habla de por qué lo haces, comparte fotos del proceso en tus redes sociales y, sobre todo, corre la voz sobre la importancia de evitar que más plásticos lleguen a la naturaleza.
  • Reclama el cambio: Ponte el peto de activista para ayudar a que el cambio se acelere. Puedes unirte a algún colectivo como el mencionado Pure Clean Earth, a Millor Sense Canyeta (desde este movimiento buscamos eliminar el uso de pajitas desechables en bares y restaurantes), Plastic Attack, que denuncia el abuso de plástico en los supermercados o al movimiento Fridays For Future, impulsado por Greta Thunberg, de tan solo 15 años, que ha cogido vuelo a velocidad de rayo y tiene una visión muy global del activismo ambiental. Si no te van este tipo de acciones, también puedes optar por impulsar cambios de hábitos en mediana escala, por ejemplo en tu espacio de trabajo, en tu universidad o en la escuela de tus hijos o, por qué no, unirte al movimiento eco-bloguero y actuar desde el otro lado de la pantalla difundiendo información bien contrastada y útil.

Para terminar, desde luego, únete al Ecochallenge de la Semana Verde de la EU compartiendo tu reto personal, cualquiera que sea.

Todo sobre el ecochallenge de la Green Week

El objetivo del ecochallenge #MyGreenAction convocado desde la Unión Europea por la Green Week es que creemos una enorme ola que de impulso a un mañana más sostenible y verde. Y es que es muy sencillo: las buenas acciones tienen la capacidad de inspirar a los otros y, así, multiplicarse. Por eso desde la organización nos piden compartir ideas, acciones y proyectos que contribuyen con los objetivos ambientales de nuestro siglo. Los proyectos más innovadores serán compartidos en las redes sociales de la organización. Además, se seleccionarán 10 propuestas que serán proyectadas frente a los líderes europeos en los actos de la Semana Verde, en Bruselas.

¿Cómo participar?

  • Actúa: Pasa a la acción y haz algo por el planeta, o comparte eso que ya vienes haciendo en tu día a día. No importa si es una acción individual o si forma parte de una acción colectiva, lo importante es que tenga el bienestar ambiental como norte.
  • Captúralo: Haz una fotografía, un vídeo (de 30 segundos como máximo) o una ilustración que muestre tu acción y cómo ayuda al planeta.
  • Publícalo: Compártelo en redes con el hashtag #MyGreenAction, y etiquetando a @OurPlanet_EU en Instagram, a @EU_ENV en Twitter, o a @EUEnvironment en Facebook.
  • Contagia:  En tu publicación, reta a tres amigos a unirse a la campaña antes del 12 de mayo para así ayudar a expandir la acción.

Si estás leyendo este post, ¡puedes considerar que ya te he retado! Como verás, no es difícil. Estoy segura de que tienes algo que aportar así que, ¡nos vemos en las redes! ¡Vamos a inundarlas de buenas acciones!

 

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