The Goood Shop. La buena tienda que comparte buenas historias de gente buena

The Goood Shop. Entrevista a Carmela Serantes

Carmela es capaz de enamorarte en tres frases y seguramente lo sabe. Como quien no quiere la cosa, porque en una primera impresión probablemente te parecerá tímida. pero en breve habrás caído en la red de su risa fácil y sus historias multicolor.

Es la persona detrás de la tienda online de moda sostenible y productos éticos y ecológicos hechos en España The Goood Shop (con 3 «o») una tienda online que nace de la convicción de que detrás de todo buena marca, siempre hay una gran historia que merece ser contada. Nos hemos hecho grandes amigas gracias al Colectivo Hola Eco pero además soy una gran fan. Cuando Carmela empieza a hablar, el tiempo se esfuma. Cuando te das cuenta, llevas muchas cervezas en el cuerpo, diez horas fuera de casa, y seguramente nada de batería en el móvil (o así «me han contado»).

Cuando le pedí que me hablara de su infancia se presentó como “una gallega de aldea”. Definitivamente, sus orígenes en una pequeña aldea llamada Lantaño forman parte de su esencia y, con razón, se siente muy orgullosa de ellos. La escucho hablarme de casa y me entran ganas de subirme al primer tren… “En Galicia no le decimos ‘jardín’ a las fincas, les decimos ‘huertas’, porque siempre hay algo productivo en ellas. En la huerta de mi casa hay árboles frutales, viñas, kiwis, naranjos llenos de naranjas”.

Con este paisaje creció nuestro personaje de hoy, sin muchos más juguetes que piedras, palos y ramas. En lugar de parques, un gran campo en el que correr a sus anchas.

Los abuelos de Carmela eran agricultores y ganaderos de pequeña escala, como es habitual en Galicia, y Carmela creció viéndolos trabajar la tierra y vender lo poco que sobraba, mientras corría entre el río y el monte con una libertad que le dio alas para volar. En este entorno, desde luego, siempre supo perfectamente de dónde venía todo lo que comía y disfrutó, cómo no, de alimentos deliciosos, frescos, sabrosos y cultivados con el amor de la familia. Es decir, los mejores del mundo.

La lectura siempre fue la gran pasión de Carmela. Bueno, tal vez deba decir las historias: leerlas y también contarlas. Aunque quería estudiar periodismo, acabó en publicidad por que era más fácil entrar a esta carrera, pero no tardó en cogerle el gustillo al camino que el destino le legó. “Lo entendí como un juego. No pensaba en qué estaba vendiendo, ni en la industria en la que estaba participando, sino en las posibilidades creativas que me daba. Porque la publicidad es un medio genial para inventar, para imaginar y para escribir”.

Barcelona multipremiada

Cuando terminó la carrera, Carmela llegó a Barcelona con ganas de vivir otras cosas y también de entrar a las grandes agencias de publicidad y “llegar a lo más alto”. Lo logró pero se llevó algunas sorpresas con las que no contaba. Por ejemplo, descubrió que la comida, desde un trozo de pan, hasta las verduras, no eran lo que ella conocía. “Había hasta tomates y pimientos del padrón todo el año, pero nada tenia el mismo sabor”. Además, la comida venía súper envasada, había muchísimos precocinados y Carmela, como casi todos en la ciudad, producía muchísima basura.

De todas formas, Carmela iba cumpliendo metas: pronto formó parte de una gran agencia y, como es una gran contadora de historias, una de sus campañas (una realmente hermosa) ganó todos los premios con los que soñaría cualquier publicista: el León de Canes, el Clio, el Premio Nacional del Club de Creativos, el Ampe… El problema estaba en que, a pesar de que era una campaña de la que se sentía realmente orgullosa, Carmela no era realmente feliz. Trabajaba muchísimas horas («normal» en publicidad) y echaba de menos la conexión con la naturaleza y la calidad de vida de la aldea. Algo no estaba bien.

Dándole la vuelta

Por esos tiempos sucedió algo que le sacudió: el accidente de Rana Plaza en Bangladesh, del que te hablamos en este artículo, en el que murieron cientos de trabajadores de la industria de textil. Como probablemente recordarás, trabajaban en condiciones lamentables y sin ninguna seguridad, para garantizar la ropa barata a la que nos hemos acostumbrado en occidente. Carmela decidió que, como consumidora, no podría seguir financiando este sistema enfermo, pero también se dio cuenta de que era muy difícil conseguir alternativas. Y como le pasa a las mentes brillantes, se le ocurrió una buena idea.

Cuenta que ese día estaba trabajando horas extras, ya en una agencia pequeña (que fue su primer paso hacia un cambio de vida), pero aún para proyectos en los que no creía. Fue cuando se dijo que no debería dedicar su tiempo a grandes empresas, sobradamente conocidas. “Pensé que en realidad, lo que tenia que hacer como publicista, era destinar esas horas a dar visibilidad a aquellas marcas y  aquellos productores que están haciendo lo posible para que este sistema cambie, sea más justo y deje de explotar a las personas y al medio ambiente

Esta fue la semilla de The Goood Shop. «¿Que todo el mundo compra en Amazon? Pues yo voy a hace un «Amazon» que sea bueno y todo lo que se venda ahí será bueno». Rápidamente abrió el blog, This is Goood y, así como en la tienda solo habría productos buenos, en el blog contaría las historias de personas y de marcas que estén haciendo algo positivo para el planeta, porque de las que lo hacen mal, ya nos hablan los medios tradicionales. «Por un lado, se merecen toda la visibilidad del mundo y por el otro lado, sirven de inspiración y es como una gran bola de nieve, porque todos decimos, ‘pues yo también puedo hacer este pequeño cambio’.»

This is Goood tomó su propia identidad, independiente de la tienda, pero en cambio el lanzamiento de The Goood Shop se retrasó mucho porque, ya lo sé yo, es muy difícil montar un proyecto así mientras trabajas horas y horas en una oficina. Así que llegó el momento en el que Carmela se armó de valor y dejó la agencia para cumplir un sueño.

The Goood Shop «subió la persiana» hace casi dos años, y hoy Carmela comparte la tienda online con su trabajo como freelance para clientes que, en lo posible, comparten sus valores.

«Lo bueno de consumir de forma responsable -dice Carmela-, aunque sea un poco más complicado, es que siempre descubres una buena historia y ayudas a hacerla realidad». Un poco eso es lo que quiero hacer con este post, porque The Goood Shop es justamente eso: una hermosa tienda, con una persona hermosa detrás. que está dándolo todo por ayudar a otros buenos proyectos que necesitan una mano. Así que con este post ¡me uno a la cadena! Carmela está haciendo un trabajo tan hermoso que necesito que conozcas. ¡Por favor, ¡no dejes de visitar su página!

Y ahora, para terminar, ¿dejamos que Carmela nos explique algunas de mis historias preferidas de The Goood Shop?

Algunas de las buenas historias de The Goood Shop

TEXIDORS

Hace más de 35 años, dos emprendedores de Terrassa hicieron dos descubrimientos: tejer con telar manual es terapéutico para personas con discapacidad psíquica, las personas con discapacidad psíquica tienen una habilidad extraordinaria para la minuciosidad, concentración y destreza que requiere el uso de telares manuales. Hoy Teixidors es una empresa reconocida internacionalmente que destaca por la felicidad de sus trabajadores y por la belleza única de sus productos textiles.

DEBOSC

Debosc nació en el garaje de una familia de la comarca de la Selva.

Fue una idea de Lluis Bosch, el padre, al que un día se le ocurrió crear una marca de accesorios de madera minimalistas, prácticos y funcionales.

Nada más ver su primer prototipo, la familia al completo se volcó en el proyecto. El garaje se ha convertido en su taller, aunque también colaboran con otros talleres de la zona.

Toda la madera procede de bosques gestionados de manera sostenible.

BACK TO ECO

Back to Eco es un proyecto textil de dos mujeres muy valientes que se propusieron demostrar que una gran parte de las prendas que descartamos son una materia prima valiosa y preciosa para hacer productos textiles bonitos y de alta calidad.

Hoy en día producen accesorios y complementos realizados con viejos vaqueros recuperados y lo hacen en talleres de inserción social de Barcelona, demostrando que la economía circular es ya una realidad.

Espero que la historia de Carmela y sus buenos proyectos te guste tanto como a mí y que pases a visitarla en la cuenta de Instagram de The Goood Shop. ¡Que vivan los buenos proyectos!

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