Cumplo 43 años y tengo muchas canas. Comienza la transición.

Hoy, 8 de marzo, cumplo 43 años y tengo muchas canas. Tal vez no lo sabes, porque las tiño con henna, pero hoy comienzo mi transición hacia las canas libres.

¿Joven con canas? No, niña con canas

Me conseguí la primera cana a los 15 años y en poquísimo tiempo tenía una línea blanca. Era una herencia de mi abuela, de la que me sentía muy orgullosa. Y es una herencia que comparto con muchos de mi familia, pero sobre todo con Corina, mi hermana pequeña.

En la foto de arriba, tenía 30 años. Hoy ese mechón domina gran parte de mi cabellera. O debería dominarlo, porque hace tres o cuatro años me tiño el pelo con henna.

Ya lo había teñido en otras épocas, pero siempre me cansaba pronto.

Y es que para mí, teñirme el cabello es una pesadilla.

Me agobia el ritual y todo lo que he dicho, pero no me gusta la imagen de dejadez de las canas luchando contra el pelo teñido, así que vuelvo a teñirme cada vez.

O eso hacía hasta hace algunas semanas. Ya no más. He decidido dejar de teñirme el pelo.

Por qué dejé de teñirme el cabello

  • Como mi cabello crece muy rápido, las raíces blancas se ven de nuevo en cuestión de días. Y la raíz nunca acaba de cubrirse igual que el pelo ya teñido, así que mi pelo va de un tono rojizo (o blanco) en la raíz, hasta el caoba oscuro de las puntas.
  • Me aburre enormemente teñirme el pelo y tener que estar en casa inmovilizada con la mezcla del tinte vegetal en la cabeza. 
  • Digan lo que digan de la henna, el pelo se me reseca cada días más.
  • Me da mucha rabia que se ensucie toda la ducha cada vez que me retoco el color.
  • Me enfado conmigo misma cada vez que veo todo el plástico que viene en un paquete de henna nuevo, porque intento llevar una vida sin plástico desechable y hasta escribo sobre cómo vivir una vida residuo cero.

A los comentarios sobre las canas, oídos sordos

Sonará tonto, pero dejarme las canas ha sido una decisión difícil. Y sé que voy a tener que estar muy bien «centrada» para no tirar para atrás, como otras veces.

Cuando aún lucía mis canas alegremente, la gente me «animaba» a teñirme. Y cuando me teñí el pelo por primera vez, muchos dijeron «¡al fin!» con alegría. 

Algunos amigos viendo fotos de mis otros tiempos canosos, me han dicho que «ahora» me veo diez años más joven, porque no se me ven las canas.

Como un cumplido, claro.  Pero no es un cumplido. Mi verdadero pelo es cano.

Creo que podría escribir un libro sobre las frases que me ha dicho sobre mi cabello. O las que he escuchado sobre las canas de otras. Siempre, sobre las canas de otras mujeres, nunca de hombres.

Así que, un poco porque cumplo 43 y estoy orgullosa de cada momento vivido, y otro poco porque es el Día Internacional de la Mujer y me parece una manera simbólica de decir «basta», esta misma semana he decidido dejar de teñirme el pelo, al menos, mientras no me apetezca hacerlo de nuevo.

Este post es una declaración de principios y un mensaje para todo el que quiera leerlo: 

Basta de tapar las canas, la celulitis, las estrías, las patas de gallo, los kilos. Basta de ocultar los años disfrutados y las heridas. Que si dejamos de ocultarlos, tal vez muchos se acostumbren a verlos.

Mi transición hacia las canas

En la foto de arriba aún no se ven canas, pero ya comienzan a asomarse. Después de tanto odiar las raíces, quién me iba a decir que estaría ansiosa porque volvieran a salir.


Actualización.
Cómo hice la transición a las canas dignamente

De verdad. Estoy convencida de que el problema de las raíces es peor aún con la henna que con tintes más permanentes. La henna se ve más cargada en las puntas, donde hay varias capas, y menos cerca de las raíces, donde tiende a hacerse más rojiza. Cuando sumas los grises de las insolentes canas, que incansables vuelven a crecer, la cosa empeora. No tienes dos tonos en el cabello, sino muchos más.

Por eso decidí hacer más fácil mi camino hacia las canas, aunque suene contradictorio, con ayuda de tintes. Y para eso recurrí a la ayuda de una peluquería ecológica de Barcelona llamada Alone.

Mi primer paso. Mechas oscuras.

Cuando llegué por primera vez a Alone, mi pelo estaba multicolor y notablemente maltratado en la parte delantera, que es la que me teñía con más frecuencia. Así que en un primer momento me hice unos reflejos de color castaño oscuro, lo más parecidos a mi color natural.

Aunque seguía con un cabello multicolor, suavizamos así los decoloramientos de la henna y dimos más unidad al cabello. Salí estupenda y feliz.

Alone peluquería ecológica en Barcelona. Mi transición hacia las canas.
Antes y después del primer paso de la transición hacia las canas

Mechas blancas para disimular las canas

Semanas después, sin embargo, aparecían las nuevas raíces con más fuerza. Y como me resistía a «la raya blanca» de las raíces, volví decidida a «pintarme canas nuevas».

Decidí mechas plateadas, para tener una sensación de continuidad en el cabello pero, al mismo tiempo, avanzar hacia mi realidad canosa. Amelia me advirtió que no tenía claro cómo se comportaría el decolorante sobre la henna, pero yo quise probarlo de todas formas.

No imaginas los nervios que tuve mientras esperábamos que actuara la decoloración. Pasado el tiempo lavamos y, ¡tarán! el pelo que estaba más cargado de henna casi no se había decolorado… (gran decepción).

Bueno, quedaron unos reflejos que hacían el efecto de disimulo que yo buscaba, aunque muy sutiles. En la foto se aprecian poco.

Después pusimos baño de color azulado, que es lo que se suele hacer para evitar que las canas o el pelo decolorado tomen un color amarillo envejecido. De paso, me hice un buen corte de pelo y así quedaba menos para salir del cabello teñido (así que a sonreír, que la vida sigue).

Cómo hice mi transición hacia las canas
Segundo paso de mi transición hacia las canas

(Sirva esta experiencia de advertencia: sobre el cabello con henna es posible oscurecer con tintes, pero no aclarar. Al menos con la henna ecológica que yo venía usando).

15 meses después de dejar de teñirme el cabello blanco

A partir de entonces, solo me fui cortando el cabello regularmente.

Y la verdad no recibí malos comentarios esta vez. Como ahora se usan mechas californianas, cabellos decolorados y otras cosas raras, incluso me detenían en el metro (me pasó un par de veces) para preguntarme cómo había conseguido ese look. ¡Los tiempos cambian, jaja!

Esta foto es exactamente 12 meses después del último tinte.

charla sobre vida sostenible y consumo responsable. Ifema MAdrid Yve Ramírez

Y un día ya no tenía raíces….

Finalmente, un día las raíces desaparecieron en un simple corte de puntas.

De verdad, no podría estar más contenta con mi decisión de dejarme las canas

Aquí te dejo una foto de mi estupenda cabellera con canas actualmente.

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Cómo cuidar las canas para lucir tu cabello gris

Me lo advirtió mi madre y me lo advirtió Amelia, mi peluquera. Para evitar que las canas se pongan amarillas, es mejor usar un champú especial para canas.

Se trata de un champú azulado, que matiza y conserva el color blanco. Además, hace falta un champú que sea muy hidratante. En Alone Peluquería pude conseguir uno «a granel» y bastante natural, y eso fue una gran felicidad porque no me veía volviendo a las marcas convencionales, con ingredientes sintéticos, siliconas y derivados del petróleo.

Ahora, la felicidad plena la alcancé cuando encontré una solución en pastilla. ¡Sí! un champú sólido especial para canas, hecho en Andalucía con ingredientes de primerísima.

Y no te miento al decir que ha sido el mejor champú que he usado en años, porque me deja el cabello súper suave y manejable. Cuando tenía una tienda online, Usar y Reusar, lo tomaba como nuestro granito de arena para ayudar a normalizar las melenas platinadas, animar a las mujeres a iniciar la transición hacia las canas y aprender a querernos hasta el último cabello de nuestras cabezas.

Champú sólido para canas. Transición canas

Gracias a Alone peluquería ecológica, por ayudarme a disimular la transición, con unos pocos reflejos de mi propio color. Gracias a mi mamá, que lleva tiempo animándome a dejar de ocultar mis canas. Gracias infinitas a mi amor, Mauricio, quien siempre me ha animado a mandar todo tinte al demonio y salir a sentir el sol en mi rostro y en mi pelo, se vea cómo se vea.

Gracias a todas las mujeres que nos han abierto camino. Y que cada 8 de marzo nos sirva de algo, hasta que un día ya no haga más falta.

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