Cosmética ecológica por convicción: Maria Davik

Contxita Montecino de Maria Davik, cosmética ecológica

Conocí la cosmética ecológica de María Davik en la edición de Biocultura Barcelona 2016 y sólo por conocerla, ya valió la pena la visita. Al frente del stand y de la empresa, la encantadora Contxita Montecino.

No hace falta intercambiar más de un par de palabras con ella para ver su compromiso con el medio ambiente, la honestidad con la que trabaja y la dedicación que hay detrás de esta marca, que busca darnos opciones sostenibles y de altísima calidad. ¡No podía faltar en La Ecocosmopolita!

Cosmética ecológica por convicción

La relación de Contxita Montecino con la cosmética natural viene desde muy lejos. Cuando aún era sólo una adolescente, ya preparaba en casa cremas y mascarillas artesanales para cuidar su piel con ingredientes naturales. Así que cuando le pregunté por qué eligió la cosmética ecológica y no la convencional, su respuesta fue clara y sencilla: «Ni siquiera me planteé en ningún momento escoger entre los dos tipos de cosmética. Decidí ofrecer cosmética ecológica por convicción, porque creo que cuidar la piel con ingredientes naturales es lo lógico y porque existen miles de plantas que nos lo permiten. De hecho, creo que la cosmética convencional simplemente no es necesaria.»

En realidad, la cosmética hoy convencional nace para abaratar costes y lograr productos de durabilidad casi infinita. Sin embargo, el precio que pagamos para lograrlo es muy alto: sacrificamos calidad, perdemos ingredientes activos (esos que tienen un verdadero efecto reparador en nuestra piel) y nos cargamos de aditivos que intoxican nuestros organismos y también el planeta. Mucha razón tiene Contxita. No la necesitamos.

Ahora volvamos a Contxita y hablemos de los orígenes de Maria Davik. Contxita estudió Artes Aplicadas y se especializó en cerámica, así que lo de crear es algo recurrente en su vida. Sin embargo, por circunstancias personales, pasó muchos años trabajando en un negocio familiar en el sector de la automoción. No hay que conocerla demasiado para entender que eso no era lo suyo.

Por eso, en algún momento, Contxita decidió dar un giro y buscar la forma de vivir de un trabajo que la motivara. Nació entonces la idea de crear una marca de cosmética ecológica, que finalmente se puso en marcha en el año 2013 con el nombre de Maria Davik.

¿Y por qué se llama Maria Davik? Pues esto tiene una linda explicación: «Buscaba un nombre para la marca pero ninguno me convencía, hasta que una mañana pensé que debía que tener relación con mis tres hijos, María, David y Victor.» Ya sabes qué fue lo siguiente. 😉

Maria Davik ofrece una selecta propuesta, con unos pocos productos versátiles, muy ricos en ingredientes activos, en la que cada detalle está cuidadosamente estudiado. Los productos vienen sin cajas para evitar residuos innecesarios (aunque nos comenta que está por salir uno que sí la requiere). Además, ha escogido envases de vidrio en aquellos productos que lo permiten, y en los plásticos ha seleccionado las mejores opciones que ha encontrado, porque, como nos explica Contxita, «no cualquier crema puede ir en un envase de vidrio de boca ancha, ni cualquiera puede aplicarse correctamente con un envase airless». Sin embargo, reconoce abiertamente que precisamente este tema de los envases es algo importante a mejorar. Y no dudo que lo hará. Salta a la vista que no parará de hacerlo.

Desgustación de productos

Ya sabes que empiezo a preparar mis propios cosméticos, pero tengo una debilidad por la cosmética que viene de lejos. Así que con mucho placer, gracias a Maria Davik estoy usando dos de sus productos estrella y me han gustado muchísimo, así que te lo cuento con lujo de detalles.

Cosmética ecológica
Y esta soy yo, con todas mis imperfecciones, probando el filtro solar

1. Hidratante facial con protector solar, eco. FP 20

La última crema facial que usé me la había preparado yo misma en un taller con Mon Petit Pot, pero la hidratante ecológica para el rostro con protector solar de Maria Davik (con de factor de protección 20) me llegó justo a tiempo. Mi deliciosa crema hecha “en casa” se acababa y yo quería una crema con pantalla solar porque en verano cojo demasiado sol (entre otras cosas porque suelo ir en bici) y desde el último embarazo me salen manchas en la cara con el sol. Aunque tengo la piel muy seca, temía que la crema resultara demasiado grasosa para llevarla a diario en verano. Pero no, se trata de una crema sorprendentemente ligera, con textura leche hidratante, que se absorbe de maravilla y deja en el rostro una sensación súper agradable y fresca que perdura a pesar del calor. Además se trata de una crema muy completa. Como todos los productos de Maria Davik, viene con su código INCI, es decir, el detalle de todos y cada uno de sus ingredientes según cantidad, de mayor a menor (este post de Made In Tribe explica muy bien cómo leer la etiqueta). En su etiqueta podemos ver que el ingrediente que lleva en mayor proporción es aloe vera, que hidrata, regula el PH de la piel, la protege y ayuda a regenerarla. Un excelente comienzo. Destacan también la manteca de karité, que calma la piel seca, hidrata y mejora la elasticidad, el ácido hialurónico, que complementa la hidratación y actúa como ‘antiarrugas’, y el aceite de argán, que ayuda a regenerar y protege del envejecimiento prematuro. La protección solar, por su parte, se consigue con filtro solar físico (óxido de titanio certificado por Ecocert). Es decir, se trata de un filtro “como debe ser”, que actúa como pantalla y no a nivel químico (algo que no queremos, como explica bien Nina Benito en este post sobre los protectores solares) y es efectivo desde el momento en que se aplica en la piel. Pero resulta que estos filtros físicos son los que hacen que las cremas solares ecológicas tiendan a ser más pastosas y difíciles de aplicar. Y ésta es la explicación de por qué el 70% de los ingredientes presentes en la crema son de origen ecológico certificado y no el 100%. En particular se han añadido otros ingredientes que  no es posible conseguir con certificado, para que ayuden a mantener el equilibrio de la fórmula y esa textura agradable, nada pastosa, sin afectar su calidad.

2. Exfoliante facial ecológico

Al hablar de exfoliantes, lo primero que deberíamos saber es si contienen microplásticos (algo que es muy probable, y contaminante: las diminutas partículas de plástico van a parar en nuestros mares, son ingeridos por peces, entran en la cadena alimenticia y acaban en nuestros platos). Evidentemente, el exfoliante de Maria Davik no contiene microplásticos; en su lugar utiliza polvo de semillas de albaricoque, que produce una suave exfoliación en el rostro con un producto natural y perfectamente biodegradable. Cuando vemos el INCI encontramos de nuevo que ¡oh sorpresa! el aloe vera es el ingrediente principal del producto. Y eso es fantástico puesto que además de hidratar y regular, tiene función bactericida, antiséptica y cicatrizante. Así que nuevo estamos en un producto que pone los ingredientes activos por delante. Luego tenemos agua de flores de azahar, extracto de melisa, extracto de caléndula y extracto de malva silvestre, que en su conjunto hidratan, regeneran, calman, tonifican y descongestionan la piel, y por si faltaba algo, ayudan a dejarla más luminosa.

3. Crema antiarrugas

Ya lo sé, cuesta escoger una crema que lleva la palabra antiarrugas en la etiqueta porque una se pregunta ¿arrugas? ¿quién? ¿dónde? 😉 Lo cierto, es que mi piel estaba muy seca, opaca y fatigada tras el verano, y quise probar algo más completo y esta me pareció perfecta para ayudarla a recuperarse, por su extraordinaria combinación de aceites y extractos vegetales. Aunque es una crema densa, se absorbe estupendamente, y además da impecable acabado mate a la piel al segundo de aplicarla. Una pasada. Tiene un increíble olor floral y te deja con la sensación de una piel protegida. De nuevo tiene al aloe vera como el ingrediente principal, y luego una gran variedad de maravillosos aceites vegetales: manteca de karité, aceite de rosa mosqueta, aceite de jojoba y aceite de rosa canina, que juntos nutren profundamente y ayudan a calmar la piel sensible, la regeneran y le devuelven elasticidad, a la vez que tonifican. Por lo que se refiere a los extractos vegetales, tenemos varios que son ricos en vitaminas y antioxidantes, como el de palma de asaí, el de gingseng -que además proporciona elasticidad-, el de ginko biloba -también antiinflamatorio y estupendo para la circulación sanguínea-, y el de vid, seguidos de pepino y el de ácido hialurónico, que por su parte hidratan profundamente y ayudan a mitigar las arrugas.

4. Serum facial

Desde que lo probé en Biocultura Barcelona esta primavera, me quedé con la idea de usarlo alguna vez porque sabía que era un estupendo hidratante muy agradable. Se trata de un verdadero concentrado de principios activos combinados especialmente para dar un plus de hidratación a la piel cuando más lo necesita. De primero, cómo no, el aloe vera, seguido de extracto de rosa canino (que en este caso está en el cuarto lugar del INCI), extracto de fucus, extracto de algas, extracto de azahar. “activo embellecedor de semillas de algarrobo y, nuevamente, ácido hialurónico. Todo junto nos da como resultado un serum fresco, extremadamente hidratante, que calma la piel cansada o irritada y tiene un olor muy suave. Eso sí, no esperes un efecto mate en este caso. Por eso yo he preferido usarlo por la noche y he tenido que complementarlo con un poco de aceite de rosa mosqueta para no despertarme con sensación de tirantez. Creo que debe ser perfecto para hidratar pieles mixtas o grasas.

Este post es una colaboración con Maria Davik, y está escrito desde el corazón, como todo en La Ecocosmopolita.


¿Quieres saber más sobre la cosmética ecológica de Maria Davik? Te dejo sus coordenadas:

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