Gran parte del consumo eléctrico de una vivienda se produce en la cocina. Por eso he querido dedicar un post a los cambios que podemos incorporar en el corazón de la casa, que nos ayudarán a darle un uso más ecológico y tener así una vida más sostenible.
Después de mucho investigar y pensar, he logrado reunir reunir 20 hábitos que te ayudarán a bajar tu huella de carbono desde los fogones.
Lamentablemente no te puedo prometer que te permitirán reducir la factura de la luz de forma significativa porque la parte variable de la factura de luz se ha reducido tanto en España que el ahorro económico es cada vez más difícil. Aunque está claro que mientras más cambios logres introducir, más lo notarás en el bolsillo.
En todo caso, recuerda que estarás reduciendo la huella de carbono de tu vida y haciendo un gran favor al planeta y a ti mismo.
Nunca pienses que lo que sucede en tu casa no tiene trascendencia, porque aunque somos una ínfima parte del planeta, entre todos construimos la realidad que vivimos. Cada uno de nosotros debemos ser el cambio que queremos ver. Además, tus gestos serán vistos por tus amigos, pareja, hijos y también dejarán una huella de ecología en ellos.
- Si tienes que comprar un electrodoméstico nuevo, revisa su etiqueta de eficiencia energética. Invierte en electrodomésticos con sello A+++ siempre que puedas, que aunque sea más caro, ahorrarás durante su uso y contaminarás menos. Eso sí, aunque te sobre el dinero, no salgas corriendo a tirar equipos en buen estado, que así no ganamos nada.
- Antes de comprar un aparato eléctrico, piensa si de verdad es necesario. ¿Le darás suficiente uso? ¿No te basta con una versión manual?
- Adapta la temperatura de tu nevera al clima: cuando bajen las temperaturas, aumenta la temperatura de la nevera y vuelve a bajarla cuando comience a hacer más calor. La temperatura de la nevera debe estar entre 3 y 5 grados centígrados y la del congelador entre -18 y -15.
- Abre la puerta de la nevera lo mínimo y durante el menor tiempo posible. Nada de abrirla para buscar inspiración divina, que a ella le da igual el menú que comas o tu gula de media noche.
- Meter en la nevera comida aún caliente no es bueno para su conservación y, además, hace que la nevera tenga que hacer un trabajo extra para enfriarla. Por lo tanto, refrigera la los alimentos sólo cuando se hayan refrescado.
- Siguiendo la lógica anterior, cuando tengas que descongelar un alimento, ponlo con antelación en la nevera. También es mejor para la comida y la nevera tendrá una ayuda extra.
- Revisa la ubicación de la nevera. Ésta debe estar alejada de la cocina y de cualquier otra fuente de calor que entorpezca su funcionamiento.
- También es importante que la nevera mantenga una distancia prudencial de la pared, de manera que se disipe con facilidad el calor producido por su funcionamiento. Tenlo en cuenta.
- Cuando cocines, utiliza el fogón adecuado para la cazuela, sartén o lo que sea que uses. Es decir, no uses el fogón grande cuando cocines en una cazuela pequeña, por ejemplo.
- Tapa la cazuela al cocinar siempre que sea posible para reducir la pérdida de calor.
- Las sartenes y ollas deben tener un fondo plano para estar en contacto con la fuente de calor en toda su superficie, especialmente si se trata de vitrocerámica.
- Utiliza una olla de presión para cocciones largas (¡yo necesito una!). Ahorrarás tiempo y energía, pero sigue los consejos de los expertos sobre su uso.
- Cuando utilices el horno, intenta programarte para hornear varias cosas a la vez o, al menos, una tras otra. Ten en cuenta que el horno consume mucha electricidad.
- Evita abrir el horno durante la cocción. Se escapa cerca del 20% del calor y habrá que recuperarlo con un mayor consumo de energía. Además, se te estropeará el pastel. Te dejo un enlace donde encontrarás algunos consejos para un uso eficiente del horno.
- Desenchufa todos los aparatos eléctricos cuando no los estés utilizando, especialmente si tienen una luz encendida, un reloj o un transformador. ¿Has notado cómo se calientan algunos?
- Antes de comprar un utensilio eléctrico para sustituir a uno manual, piensa si de verdad es necesario.
- Lava la vajilla con agua fría siempre que puedas.
- Si tienes que cambiar la cocina, ten en cuenta que la de gas es la que produce menos emisiones de CO2 y, desde luego, la que representa un menor consumo energético, a pesar de que las placas de inducción cocinan a una velocidad mayor. Y, sí, la vitrocerámica es la que tiene un mayor gasto de electricidad.
- Si tu cocina es de vitrocerámica, como es mi caso, ten en cuenta el calor residual y aprovéchalo. Es decir, apaga el fuego unos cinco minutos antes de terminar, al menos. Esta última recomendación también se aplica al horno.
- Calentar los alimentos en el microondas también representa un ahorro energético, aunque yo vivo sin él desde hace muchos años y, la verdad, así me pienso quedar. Sería interesante poder hacer la comparación teniendo en cuenta todo el proceso de extracción de materias primas, producción, distribución y posterior gestión de residuos de este aparato prescindible y de mala fama.
También puedes construirte un horno de leña o un horno solar aunque en mi casa como que no hay espacio para eso. ¡Ah! Me falta una última recomendación muy importante para reducir el gasto energético de la cocina: ¡ojo cuando cocines! Mientras escribía esta entrada, intentaba preparar un arroz y tender la ropa, así que perdí una taza de arroz, totalmente achicharrado. Enorme desperdicio de energía propia y ajena, directa e indirecta. Lo mismo que cuando se te daña en la nevera un resto de comida que no te comiste o no congelaste cuando tocaba. Lamentable. Y aún no estamos hablando de desperdicio alimentario en sí.
Recuerda, la idea no es atormentarte con la cantidad de cosas que no haces, ni salir corriendo a hacerlo todo a la vez con angustia. Adopta lo que puedas ahora mismo y toma nota de aquellos cambios que requieren esfuerzo, inversión o tiempo, y ve incorporándolos paso a paso. Por otra parte, aunque utilices gas en tu cocina, te en cuenta que también tiene emite CO2, aunque sea en menor cantidad.
Dime: ¿has encontrado algo en lo que no habías pensado? Y para terminar, si no te has pasado por el Miércoles de Vídeo de ayer que estuvo dedicado a las 3 R: reduce, reutiliza y recicla, te invito a hacerlo ahora, que tiene un corto animado precioso y está de lo más jugoso.
Porque hay muchas cosas maravillosas
en este mundo
y a mí me encanta compartirlas
Cada 15 días escribo una carta en la que comparto un popurrí de cosas que creo que deberías conocer, porque son buenas para la Tierra o porque son buenas para ti.
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