Vacaciones urbanas, al aire libre y sostenibles

Niña en bici en parque Fluvial del Besós

Hace unos días hablé sobre cómo nos organizamos para que las vacaciones en casa sean divertidas y tranquilas. Hoy, mientras vivo las vacaciones de las niñas como si fueran mías, hablaré sobre las formas de disfrutar de la ciudad, sin pedir al planeta demasiado.

Sácale el jugo a la ciudad. O como vivimos Barcelona

Aunque ya he dicho que yo y los míos en esta primera parte de las vacaciones hemos estado mucho en casa, también hemos disfrutado de la ciudad. En primer lugar, desde luego, hemos aprovechadolo que nos ofrece nuestro barrio de El Clot: la Biblioteca de Camp del Arpa que tanto esperamos, el Parque del Clot, los Jardines de Joana Tomàs (uno de los mejores secretos del barrio y a cuatro calles de casa), la casa de los amigos, el paseo Rogent… Y aunque el calor de las últimas semanas nos ha mantenido dentro de estas fronteras la mayor parte del tiempo,  este casal también se ha aventurado al Parc de la Creueta del Coll (con una gran piscina apta para los más pequeños en medio de los árboles del cerro), al Museum Marítim (que nos sorprendió gratamente), al Pati Llimona (a donde tuvimos el gusto de ir como invitadas especiales), a las playas (si es en Barcelona, ¡siempre en bici!), al Parque fluvial del río Besòs… No hablaré sobre los lugares que hemos visitado, pero te dejo links por si te pica la curiosidad. (Edito meses después para recomendar también tres lugares muy especiales de los que hemos hablado ya en el blog: el poblado Ibérico de Puig Castellar, y el espacio familiar L’Ombeliqo)

Mira cómo te mueves

Por hablar de transporte, es un lujo que podamos hacer todas estas visitas caminando, en bici (que es el medio preferido de casa porque, ya se sabe, en bici una es más feliz -beso aquí para mi sobrina, la Vicky-), o en transporte público. ¡Abajo la huella de carbono de nuestros pasos! Sé que esto no es posible siempre, ni en todas partes por igual, o de vez en cuando no apetece, pero en todo caso, a la hora de planear traslados intenta minimizar el uso del coche o hacerlo compartido.

Refrescate mucho y contamina poco

Hemos llevado para cada paseo nuestras cantimploras, una para cada uno, llenitas de agua fría y hielo para aguantar el calor y así no tener que comprar botellas de agua descartables, que tanto daño hacen a nuestro planeta, (más aún cuando son de pequeño formato porque son más plástico para el planeta). Para que se mantengan frías el mayor tiempo posible, puedes prepararlas la noche antes y dejarlas en el congelador, pero preferiblemente que botellas de acero inoxidable como las que tenemos en nuestra tienda online, que de plástico o aluminio. Si quieres leer más sobre materiales, pincha en este enlace que habla de los diferentes tipos de materiales utilizados en las botellas reutilizables. Y sobre todo, no compres botellas de agua individuales para tus paseos. Si debes comprar la bebida, escoge una botella de formato grande y lleva vasos para todos.

¿Y la comida?

Para nuestros picnics y meriendas por el camino lo hemos llevado todo o casi todo de casa, bien dispuesto en prácticos topers. Cocinado en casa es más sabroso y más sano, evitamos el uso de envases desechables de la comida preparada, somos conscientes de los productos que comemos (y cuya producción apoyamos), etc. No utilices tampoco vasos, platos o cubiertos desechables: es una pena generar más basura para un uso de pocos minutos. Una buena opción es tener una buena vajilla de acero inoxidable.

Si lo que vas a comprar son galletas u otros productos industriales, que es mejor limitar en lo posible pues están llenos de grasas trans y azúcares de mala calidad salvo que sean orgánicos, ten en cuenta la cantidad de empaques que traen a la hora de escoger; si vas a llevar bocadillos evita papel plata o aluminio y film transparente, y utiliza topers, envoltorios para bocadillos reutilizables (que además de sostenibles son solidarios) o, incluso, reutiliza empaques de alimentos: la bolsa del mismo pan o los plásticos de la pasta seca o las legumbres: sólo tienes que abrirlos con un corte recto de tijeras para evitar destrozarlos y luego guardarlos para el momento en el que los necesites.

La basura, separada en la calle como en casa

Es importante que mantengas tu cuota de residuos lo más baja posible y que, estés donde estés, separes la basura que no puedes evitar producir y te deshagas de ella correctamente. Los restos orgánicos puedes conservarlos en un toper hasta que llegues a casa, los plásticos seguro que puedes reunirnos dentro de uno de los mismos envases que vayas a desechar, etc. Si no hay recogida separada de la basura, intenta esperar hasta que encuentres los contenedores adecuados por el camino o incluso al llegar a casa. No hace falta decir que nunca dejes basura en el lugar que visitaste, ¿cierto? Y si puedes dejar el lugar más limpio que como estaba, mejor.

Refrescate con cordura

A la hora de ir a un parque, patio o jardín con este calor, es normal que apetezca jugar con agua, pero vamos a intentar hacerlo sin perder de vista al medio ambiente. Nosotros hemos llevado toda clase de juguetes disparadores de agua, pero el que más me ha gustado, que de nuevo es un aporte de mi amiga Maite, ha sido un pequeño difusor de agua, que vale para refrescar y para divertirse un rato sin despilfarrar el precioso líquido. Sin embargo, cualquiera que sea el juguete que utilizarán los niños, procura que llenen un cubo de agua para rellenar sin tener que desperdiciar un montón de agua cada vez y si algún juguete se rompe, llévalo al punto de reciclaje.

Un baño de manguera, en donde sea posible, es diversión asegurada (¡cuántos disfruté de niña!), pero hay que ponerse un límite de tiempo preacordado, que creo que nunca debería superar unos pocos minutos ¿el equivalente a una ducha? y hacer que los niños entiendan por qué tomamos estas decisiones.

Otro de los clásicos del verano son las bombitas de agua y tengo que decir que no me gustan nada (aunque también las haya disfrutado en mi momento). Hoy mismo el parque era una alfombra de bombas de agua rotas, y un niño y su abuelo arrojaron unas cincuenta más en unos veinte minutos: un montón de plástico que tardará años en degradarse por unos minutos de diversión. Por favor, si compras bombas de agua a tus hijos, ocúpate también de que el parque quede limpio para que no acaben en la boca de un niño, de un animal o en el mar.

Y hablando de cosas indeseables que te puedes encontrar en un parque, la playa o incluso en la montaña, si eres fumador, piensa también qué harás con esa colilla del cigarrillo que te acabas de fumar: en algunos lugares puede causar un incendio, más en estos tiempos de calor y, si todo va bien, puede pasar hasta 20 años antes de que se degrade. Aunque no tenga los estridentes colores de las bombitas de agua, ya hemos advertido en otro post que resulta extremadamente tóxica.

Si estás en la playa o en la piscina, utiliza las duchas con la misma prudencia que consumes agua en casa en casa (es decir, mucha, claro) y, jamás utilices ningún tipo de producto de aseo en las que están al aire libre, pues acabará en el mar. Finalmente, si la piscina es tuya, procura mantener el agua limpia tapándola y utilizando los sistemas adecuados para que dure más y, si es una piscina pequeña en la que no has tenido que usar químicos, aprovecha el agua para las plantas, limpiar el área, etc.

¿Tienes más sugerencias para la ecocosmopolita y sus lectores? Serán bienvenidas. ¡Buen verano y a cuidar el planeta!

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